martes, 29 de noviembre de 2011

ISLANDIA AYER Y HOY

Un poco de historia. Islandia es el último país europeo en formarse como tal. Situado al norte del Atlántico, entre Groenlandia y Noruega, al borde del círculo polar ártico, tuvo sus primeros habitantes en el siglo VIII. Se cree que fueron monjes irlandeses los primeros en instalarse en sus tierras inhóspitas. Si bien no se han encontrado evidencias arqueológicas que lo prueben, alguna historia escrita narra el pasaje de los mismos y su abandono de la isla con la llegada de los vikingos paganos entre los siglos VIII y IX. De acuerdo a su sitio oficial , el Libro de los establecimientos (Landnámabák), del siglo XII, relata detalladamente cómo los escandinavos descubrieron accidentalmente esta tierra. Los noruegos serían los primeros en establecerse, luego de varios viajes de exploración previos, en la actual Reykjavík, hoy ciudad capital . Vikingos de otras partes de Escandinavia y Gran Bretaña llegaron luego para completar la población, lo que sumaría elementos celtas que aún permanecen en su cultura. Islandia es una de las democracias más antiguas del mundo, el Althingi (parlamento y sistema judicial) se estableció en el año 930 al mismo tiempo que se establecía ya un código legal. Con el Althingi surge el Icelandic Commonwealth y el primer tratado internacional, en el año 1022, que regulaba los derechos de los islandeses en Noruega y de los noruegos en Islandia. Es un país cristiano que adopta esta religión pacíficamente bajo la influencia del Rey de Noruega en torno al siglo XI. En los siguientes siglos pasaron de estar bajo la tutela noruega a la danesa que impuso la iglesia luterana hacia el 1500 y el monopolio del comercio, junto con la reducción de poderes e independencia del Althingi. Esto, sumado a varios desastres naturales, destruyó la economía islandesa que vivió un periodo de grandes hambrunas y epidemias que llegaron a reducir su población notoriamente. Para mediados del siglo XIX, el Althingi se restablece como asamblea (rol que mantiene hoy en día), el comercio se liberaliza, se elabora la primera Constitución e Islandia logra el control de sus finanzas, si bien no logrará la independencia hasta 1918: una independencia relativa ya que se mantendrá súbdita de la corona danesa hasta 1940 y la República de Islandia, como tal, no se proclamará hasta 1944. Islandia hoy: su relación con la Unión Europea Islandia es una república de 103.000 km2, con poco más de 300.000 habitantes concentrados en la costa suroeste del país, en su capital Reykjavik (donde se encuentra dos tercios de su población total) y alrededores. Es una república parlamentaria con un periodo presidencial de 4 años sin límite de reelección. A pesar de su modernización económica en los últimos años y el desarrollo del sector servicios, la pesca y sus derivados sigue siendo el principal producto que rige la economía islandesa, representando la mitad de las exportaciones del país . En la última década había logrado uno de los más altos niveles de crecimiento constante en el mundo junto con una baja inflación y un bajo desempleo. Sin embargo la crisis de 2008 golpeó fuerte a esta economía pujante obligando a su Estado a hacerse cargo de los tres bancos más grandes del país (Kaupthing, Landsbanki y Glitnir). Este colapso bancario y la depreciación de la moneda nacional (corona islandesa) dejaron una crisis económica y financiera de la que el país aún no se recupera casi triplicando la tasa de desempleo, que pasó del 3% en 2004 al 8,7% en la segunda mitad de 2010, recuperando el impulso a la baja con 5.9% en el último trimestre de este 2011 . Su relación con el continente, como se ha señalado, es estrecha e histórica sobre todo con los países escandinavos. No forma parte de la Unión Europea pero es miembro de la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA por su sigla en inglés) desde 1972, lo que resulta en que dos tercios de su intercambio comercial sean con países de la Unión. Además, es país fundador del Espacio Económico Europeo (EEE) que rige desde 1994, lo que hace que de hecho esté ya muy inserta en la Unión en lo que respecta a su acervo comunitario. Forma parte, también, del llamado Espacio Schengen que permite la libre circulación de personas (para viajar y trabajar) dentro de la Unión, desde el año 2000. Hoy, y desde mediados de 2010, Islandia es candidata oficial de adhesión a la Unión Europea y se preparan para asumir las obligaciones de miembro de la misma. El ingreso del país a la Unión genera dudas en ambas márgenes ya que el rechazo de los islandeses a formar parte del grupo ha sido permanente hasta la crisis que los golpeó en 2009, cuando la posibilidad de resguardarse bajo el paraguas de la Unión y del euro resultó, al menos, atractiva. El pedido de adhesión no dejó de ser sorpresivo y es un hecho que no escapa a los europeos del continente que ven cómo, en los últimos tiempos, la economía comienza a dar signos de posible recuperación y aquélla impulsiva voluntad de pertenecer a la Unión se desvanece lentamente entre la opinión pública. Es claro que la élite política de Islandia no lo tendrá fácil cuando deba defender la adhesión frente a sus electores. El contexto político en el que surge el pedido de adhesión es complejo ya que el gobierno de Geir Haarde, de centro derecha, había dimitido en febrero de 2009 en una coyuntura de crisis económica y política muy fuerte, y se formó un gobierno interino de coalición encabezado por la que quedaría como primera ministra en las elecciones de abril del mismo año, Jóhanna Sigurôardóttir, de izquierda y social demócrata. Es el ala social demócrata la que logra imponer la discusión en el Althingi sobre la decisión de solicitar la adhesión a la Unión y el Parlamento islandés fue representativo de la indecisión general aprobando la solicitud por 33 votos contra 28. Del otro lado del océano, no se puede pasar por alto el hecho de que fuera Suecia quien ostentara la Presidencia rotativa del Consejo y un finlandés el comisario encargado de la ampliación. Como ya mencionamos, el proceso de adhesión está abierto y las negociaciones en marcha. Éstas consisten en 35 capítulos de los cuales casi la mitad ya están cubiertos por la participación de Islandia en el EEE y, de los restantes, al menos tres se presentan muy complicados: la pesca, la agricultura y la caza de ballenas. Por otro lado, existe un contencioso no menor entre Inglaterra y Holanda, contra Islandia, por las pérdidas causadas por el banco islandés Icesave a sus ciudadanos y cuyos gobiernos se vieron obligados a compensar. La discusión sobre si adherir o no a la Unión no es nueva en Islandia y es interesante revisarla ya que el electorado parece haber estado siempre en desacuerdo con la clase política (hasta ahora) que es, en definitiva, su elegida. En un contexto histórico reciente, Jean Jacques Fol , dice que los países nórdicos, en referencia a la política exterior que llevan adelante, podrían distribuirse en dos grupos por una parte, Islandia, Noruega y Dinamarca; por otra, Suecia y Finlandia. Islandia, Noruega y Dinamarca se orientan hacia Occidente, aunque con matices. Islandia y Noruega son más “atlantistas”, y Dinamarca más “europea”. Por su parte, Suecia y Finlandia son estrictamente neutralistas. Por su parte Baldur Thorhallsson , de la Universidad de Islandia, explica el escepticismo histórico de la clase política frente a una adhesión a la Unión Europea a través de tres factores: la influencia del sector primario en la economía combinada con el sistema electoral y el rol de los grupos de interés en la toma de decisiones del gobierno; en el discurso político islandés sobre la independencia y la soberanía y, finalmente, en la ubicación geográfica de Islandia sumado al tratado de defensa que mantiene con los Estados Unidos. Y agrega, desde el punto de vista del electorado, que the willingness of around half of the electorate to apply for the EU membership is explained by the looser connection of the populace with the primary sectors compared with the political elite, the electorate’s greater concern with their economic prosperity than the political discourse of the elite, and the electorate’s anxiety about isolation from Europe, particularly the other Nordic states. Los grupos de interés con más peso en Islandia están relacionados con la agricultura y la pesca y tienen una mayor influencia en este país que en los otros países nórdicos. Esto se explica porque el electorado de las zonas rurales si bien representa una minoría (32%), mantuvo, hasta las últimas elecciones, la mayoría en el Parlamento. El Althingi no había puesto al día la redistribución de asientos con respecto a la representatividad poblacional. También explica Thorhallson que será un cambio progresivo dado que gran parte de la élite política tiene algún tipo de relación con los dos sectores que mueven la economía islandesa, constatando que de cada seis ministros, dos son granjeros o provienen de una región donde estos sectores son importantes. Por otra parte, la tardía independencia de Islandia hace que el discurso a propósito de la soberanía tenga un impacto mayor, una retórica que ha moldeado inclusive el debate político. Durante el siglo XX un rol fundamental de la clase política ha sido lograr, primero y mantener luego, la libertad y la soberanía. Cabe destacar, además, que Islandia es de los países europeos, el más homogéneo en todos los niveles y, a nivel político, esta nación debe mantenerse unida. En este sentido la participación en el espacio económico europeo y en el espacio Schengen se presentó no como una transferencia de poder a Bruselas sobre algunos aspectos específicos sino como una participación de Islandia en algunas áreas de la Unión, al punto de que el gobierno que negoció la entrada en Schengen fue como una especie de salvador que lograba que los islandeses pudieran moverse libremente dentro de la Unión y sobre todo, a través de los otros países nórdicos. Por último, mencionamos la importancia geoestratégica de Islandia y un relacionamiento especial con Estados Unidos que dificulta y hace dudar a la élite política sobre la aproximación a Europa. Islandia fue un importante enclave geoestratégico durante la Guerra Fría, en el medio de lo que se llamó el GIUK-gap (Groenlandia-Islandia-Reino Unido). Esta situación geográfica ha hecho que Islandia base su política de seguridad y defensa en el tratado de defensa firmado con Estados Unidos (1951) y su participación en la OTAN. De esta manera los partidos políticos y su élite mantienen cierta resistencia a extender la participación de su país en el capítulo de la política de seguridad y defensa de la UE, en la medida de que su defensa se encuentra asegurada por los Estados Unidos. El problema de la crisis y la banca no deja de ser un ítem que preocupa a la UE ya que las medidas tomadas por Islandia aún no satisfacen a las víctimas continentales de la quiebra de los tres principales bancos islandeses. Claudí Pérez resumía en un párrafo lo sucedido para el diario El País, en abril de este año: (…) bajo el influjo de Ronald Reagan y Margaret Thatcher, el país se convirtió en la quintaesencia del modelo liberal, con una política económica de bajos impuestos, privatizaciones, desregulaciones y demás: la sombra de Milton Friedman, que viajó durante esa época a Reikiavik, es alargada. Aquello funcionó. La renta per cápita se situó entre las más altas del mundo, el paro se estabilizó en el 1% y el país invirtió en energía verde, plantas de aluminio y tecnología. El culmen llegó con el nuevo siglo: el Estado privatizó la banca y los banqueros iniciaron una carrera desaforada por la expansión dentro y fuera del país, ayudados por las manos libres que les dejaba la falta de regulación y por unos tipos de interés en torno al 15% que atraían los ahorros de los dentistas austríacos, los jubilados alemanes y los comerciantes holandeses. Una economía sana, asentada sobre sólidas bases, se convirtió en una mesa de Black jack, sentencia al final. Cuando cayó Lehman Brothers fueron de los primeros en entrar en el colapso financiero mundial. Como les pasó a otros, la inflación trepó descontrolada, el desempleo se multiplicó rápidamente, el PBI cayó 15% y los bancos perdieron más de cien mil millones de dólares…El Icesave, una banca de ahorro operada por el Landsbanki, concentraba los ahorros británicos y holandeses y, cuando el gobierno permite el quiebre de los bancos y los nacionaliza, decide consultar por referéndum la devolución del dinero. De por sí, esto generó polémica en Europa, más cuando el resultado fue negativo: Holanda e Inglaterra debieron hacerse cargo de 4.000 millones de euros, que sus nacionales reclamaban les fueran devueltos. Esto estancó las negociaciones de entrada de Islandia a la UE. En definitiva, Islandia hoy en día sufre las consecuencias de la crisis económica que también afecta a Europa continental, obligada a tomar medidas de severa austeridad, a partir del rescate del FMI, con la clásica receta de más impuestos y menos gastos, aumentos del IRPF y del IVA, pero que compensa con un aumento de sus exportaciones (a partir del desplome de la corona) lo que igualmente permitirá un crecimiento del 3% de la economía islandesa en este año. Es como si el país volviera a sus orígenes, retrocediera 10 años atrás, con la apuesta en la pesca y la industria del aluminio. El futuro es incierto aunque queda claro que Islandia deberá trabajar duro para solucionar los pocos, pero importantes, obstáculos que le impiden aún ingresar a la Unión, por un lado, y para convencer a su electorado de los beneficios que implica sumarse al proyecto europeo, por el otro . En este sentido, la propia Unión se ha comprometido, a través de la Comisión, a realizar una campaña conjunta para explicarle a la población dichos beneficios: una estabilidad financiera que la isla necesita y mucho; un crecimiento del mercado de exportaciones y la participación directa en la toma de decisiones. No será tarea fácil, Islandia le teme al ingreso de pesqueros comunitarios a sus aguas territoriales y la competencia que esto implicaría; la caza de ballenas deberá ajustarse a las normas comunitarias afectando una tradición antiquísima de la isla; el problema con Inglaterra y Holanda deberá quedar saldado y ajustar el déficit y la deuda a las exigencias de la UE (Criterios de Copenhague) se presentan como duros desafíos. Bibliografía - FOL, Jean Jacques. 1984. “Los países nórdicos en los siglos XIX y XX.” Ed. Labor. Barcelona. - GOODEVE, Emily. 2005. “Iceland and the European Union. An in-depth analysis of one of Iceland’s most controversial debates.” En Scandinavian Studies. N°77 (p. 85-104). - GRANELL, Francesc. 2009. “El proceso de ingreso de Islandia a la UE como reto para la Presidencia española.” ARI N° 158/2009. Real Instituto Elcano. - KATSIOLOUDES, Marios; THORDARDOTTIR, Steinunn; BALSMEIER, Phillip. 1996. “Iceland drifting towards International integration: the pros and cons of joing the UE”. En International Journal of Commerce & Management Vol. 6 N°3&4 (p. 41-56). - PÉREZ, Claudi. 2011. “Islandia enjaula a sus banqueros: la primera víctima de la crisis financiera hace un valiente intento de pedir responsabilidades.” Reportaje diario EL PAÍS (03/04/2011). - THORHALLSSON, Baldur. 2002. “The Skeptical Political Elite Versus the Pro-European Public: The case of Iceland”. En Scandinavian Studies N°74 (p. 349-378). Sitios web consultados: http://eeas.europa.eu/iceland/index_en.htm http://europa.eu/rapid/pressReleasesAction.do?reference=IP/11/1215&format=HTML&aged=0&language=EN&guiLanguage=en http://ec.europa.eu/enlargement/candidate-countries/iceland/key-documents/index_en.htm http://ec.europa.eu/spain/novedades/ampliacion/ampliacion-islandia-union-europea_es.htm www.iceland.is www.statice.is

sábado, 19 de noviembre de 2011

Palabras

Yo escribo mucho con la cabeza...o, mejor dicho, en mi cabeza, y es difícil para mí muchas veces conciliar ese momento en el que se prende la lucesita con el tiempo y el silencio necesario para plasmarlo en este espacio. Así se me pierden momentos y palabras entre la rutina mundana. Pero esto no quiero dejar que se me escape, ayer visité a mi dentista que también, a esta altura, es un amigo y una gran persona que visito dos veces al año, y en un momento me dijo: "yo no creo en la relatividad de los problemas de cada uno". Lo primero que pensé es que hay pocas personas que verbalizan estas cosas hoy en día. Qué difícil es, entre emoticones y signos de exclamación, dos puntos/paréntesis, hablar verdaderamente con el otro, tocarlo, abrazarlo en aquel otro tipo de contacto que solíamos tener los que dichosamente vivimos una época sin computadoras (o exceso de pantallas)...en aquella otra profundidad de temas y conversaciones que sólo parecen posibles cuando uno se toma el tiempo y el espacio de tenerlas. Es así, no importa la envergadura de un problema en relación con otros que probablemente sean más terribles o más trágicos, sino lo que representa para quien lo vive, siendo a veces todo un mundo pesado que se carga en la espalda. Esto tiene que ver con la real empatía que uno siente con respecto a lo que vive el otro cuando se trata, más allá de lo que le pase, de hacerlo sentir mejor o ayudarlo a cambiar el lado por el que mira el prisma.

viernes, 14 de octubre de 2011

Ángeles

Hace unas semanas ya, estuvo Ángeles Mastretta en Montevideo y lo supe tarde. Una autora que mima mi espíritu y da calor a mi alma desde hace muchos años ya...Me hubiera gustado verla. Descubro entonces su blog, Puerto Libre, e intento leerla cada vez que esta ajetreada vida de madre, trabajadora, ama de casa y mujer me lo permite. Hoy comencé el día reencontrando gente que hacía mucho que no veía y con la sensación de que debemos decir más a menudo "te quiero". Hoy es un día en el que encuentro un pequeño espacio de soledad y silencio para leerla y me topo con algo que resume las sensaciones que me mueven en este día: "saberse querido lo pone a uno a salvo de todo"...Es, en definitiva, lo que importa. Gracias por tantos ángeles.

jueves, 14 de julio de 2011

MITTELEUROPA: Un paseo de la mano de Milo Dor (Segunda parte)

El Sur: Istrie, Venecia, Toscana, Lombardia, Trieste.

El sur para Milo Dor representa, por sobre todo, el mar. Un mar del que siente nostalgia “cual pez en la tierra” y hacia el cual, apenas llega la primavera, parte a su encuentro.
Siguiendo el orden cronológico del libro, Istrie es el primer destino de viaje. Aquí se encuentra la calma, se encuentran las culturas croata, eslovena, italiana. El autor nos propone un repaso histórico de las diferentes conquistas que sufrió la península a través de los rasgos y estilos arquitectónicos que fueron dejando su marca al paso del tiempo. Istrie es uno de los pocos sitios de Europa en donde la historia mantiene una presencia que la hace evidente y accesible. Es para nuestro guía, el mejor lugar de reposo.
Por su parte, Venecia representa para Milo Dor, todo aquello de lo que el hombre es capaz. Una ciudad que no le es extraña a ningún visitante aunque no más sea por haber sido tan retratada por diferentes autores, tan fotografiada y pintada por innúmeros artistas. Nos recuerda que su nacimiento se debió a la inteligencia y destreza de los primeros habitantes que llegaron a las islas escapando de los bárbaros que invadían Italia desde el norte. Así, se juntaron habitantes de Padua, Verona, Vicenze, lombardos…habitantes que hicieron de Venecia el mayor imperio comercial de la Edad Media. Aprovecha aquí, para llevarnos al pasado y nos pasea a través de la historia en una disertación clara que nos explica el auge y decadencia della bella citá. Repasa los rastros que quedan hoy presentes en una arquitectura suntuosa y teatral que se ve representada también en las ropas y máscaras del famoso carnaval de Venecia.
Aquella sensación de haber ya estado en la ciudad de los grandes canales que le provoca al primer visitante, también la puede sentir al llegar a la región Toscana. No solo reconocida por la producción del tradicional y uno de los mejores vinos del mundo como es el Chianti, sino también por haber albergado una civilización que desapareció sin dejar grandes rasgos como son los Etruscos. Milo Dor, nos lleva a través de las diferentes teorías del misterioso origen y desaparición de este pueblo singular. Vemos un poco del Milo Dor hombre para el cual el mayor triunfo de la vida está representado en dos cuadros que muestran el fin de jornada de un matrimonio que luego de tomar un baño, se acuesta a dormir. Una escena por demás sencilla, por demás común, pero que le inspira confianza en lo que debe ser la vida: amor. No es solo la historia, nuestras raíces, nuestro pasado, también es nuestro cotidiano, también podemos encontrar nuestro SER en los actos más simples y rutinarios del día a día.
Sobresale además un problema que sufren no solo las pequeñas aldeas toscanas mas todas las pequeñas aldeas europeas, y nos llama la atención al respecto. Apenas quedan algunos ancianos cuando no están completamente abandonadas….A pesar de ello, nos dice nuestro guía, los comerciantes van a la ciudad, los paisanos trabajan la tierra, los artistas tienen sus ateliers y frente a la puerta de la ciudad un grupo de niñas juega a la rueda rueda: es un escenario de calma y felicidad.
Lo que más sobresale del pasaje por Lombardia es el recuerdo que le surge de su infancia pasada en la región del Banat. No solo por el paisaje monótono sino también por su gente poco locuaz que guarda características muy similares. Es una zona campesina que también ha tenido su lugar en la historia, a la que pocos jóvenes regresan pero que se mantiene viva a pesar de no ser destino de muchos turistas.
Más marcante resulta entonces la visita a Trieste. Ciudad que le parece a nuestro autor, más austriaca que muchas ciudades actuales de aquel país. Quizás sea por ello que se siente tan en casa como en Viena. A pesar de quedar pocos rastros del periodo romano se puede encontrar su presencia, una vez más, en su arquitectura. Realza la importancia de un puerto que supo ser, que ya no es y que intenta volver a ser. Nos cuenta su relación con Viena en otros tiempos, no solo comerciales mas también en el área de la ciencia, de la psiquiatría específicamente. Nos desvía un poco del recorrido histórico para poner como ejemplo un trabajo que encuentra excepcional hecho a nivel de esta área del estudio humano. Plantea aquí, uniéndolo al trabajo psiquiátrico, y dado que lo asume como una enfermedad mental, un tema que retomará luego, pero que ya vimos, que es el del nacionalismo. Trieste fue uno de los centros del movimiento fascista. Con habitantes croatas, eslovenos, italianos, pasó de mano en mano, entre Yugoslavia e Italia, queriendo cada uno resaltar un fuerte nacionalismo interno.
Trieste marca así, para Milo Dor, una gran lección que es, en definitiva, la que intenta dar a lo largo de todo su libro. Los pueblos de costa septentrional del Mediterráneo y del espacio centro europeo están hechos para entenderse, más allá de los nacionalismos, de las religiones y de las ideologías. Entender esto significa, para él, haber aprendido la lección, haber aprendido de los errores y poder enfrentar un futuro en común.

Voivodina, Dubrovnik y el Danubio

Voivodina y Dubrovnik representan la infancia y primera juventud de Milo Dor. Haber crecido en un paisaje de planicie inmensa donde causaba impresión “no tener donde esconderse” marcaron al autor en la medida que resiente hoy esa inmensidad que tanto busca en sus rencuentros con el también inmenso mar cada vez que se dirige al sur. Una tierra que fue turca, austro-húngara, serbo- croata-eslovena, para acabar yugoslava al momento de nacer nuestro guía. A la vez que nos relata los hechos históricos nos cuenta un poco de su vida, de su padre, hechos personales que junto con la historia formaron su primera infancia. Le da un rostro humano a los acontecimientos históricos que nos podían parecer en exceso abstractos. Cuando regresa a su tierra, Milo Dor encuentra el conflicto de las minorías, se reencuentra con sus ancestros, se enfrenta a la americanización, a la melancolía, a la tristeza, a la mezcla de lenguas y culturas eslavas, se encuentra con un pasado que fue y al que no quiere volver: “no tengo más nada que hacer aquí” acaba diciéndonos…
Cada uno de nosotros tenemos nuestros puntos de referencia que marcan el camino de nuestra existencia. Uno de esos puntos es para Milo Dor la ciudad de Dubrovnik. Un sitio que supo conquistarlo poco a poco, transformándose en cierto modo, en su lugar. Un sitio que le provoca buenos recuerdos, donde la historia se vive como el presente, un punto fronterizo ubicado en la punta más meridional de Croacia. Es este un capitulo cargado de historia, una parte de su historia que le es placentera y así nos lo trasmite. Una ciudad que da pena abandonar.
El Danubio es lo que para Milo Dor debiera representar Europa: la unión de numerosos países y pueblos. Es un destino del que no ha podido escapar, un río que baña las costas de las tres ciudades que marcaron la vida del autor, Viena, Belgrado y Budapest. Es el lazo que conforma un triángulo amoroso en cuyo centro está gran parte de su vida. Es el río que otrora separó, que sirvió de frontera mas también de vía de comunicación. Es esta la que debe mantenerse como función primordial.

Mitteleuropa

Toustain Du Lac decía, citando a Gyogy Conrad, que el hombre « mitteleuropeo » es aquel al cual la división del continente lastima, toca, molesta, inquieta y oprime. Para este autor es un mito en términos políticos pero muy real en términos culturales, como concepto que une tres grandes civilizaciones: la occidental, la eslava ortodoxa y la herencia del Islam del Imperio Otomano.
Para Milo Dor, la Mitteleuropa es su patria, a su vez, su patria es Europa. Cada uno tiene su propia visión. Por un lado los polacos y húngaros, por otro los franceses y alemanes, los propios intelectuales. Según Dor, es un concepto que ha sido reinventado a lo largo del tiempo de acuerdo a la puesta al día. Para él uno de los rasgos de su mitteleuropa es el estado plurinacional, tomando como ejemplo la Yugoslavia de Tito, que no defiende pero de la que saca una lección: los pueblos no son capaces de convivir pacíficamente. Lamenta la decadencia de las construcciones multiculturales y los Estados plurinacionales en ese sentido. La presencia de una comunidad judío-alemana, que estaba instalada en todas partes, hizo que fuera un contributo fundamental a la creación de la cultura centro europea. Es un ingrediente, junto con el idioma alemán, esencial a la existencia de este concepto.

En definitiva, más allá de la realidad, la mitteleuropa es también un sentimiento, una forma de sentir una parte de Europa, y eso es lo que nos transmite Milo Dor en su libro. La cultura y la historia se transforman en un valor agregado de estos países que tienen un origen común que no debemos olvidar y que el autor nos recuerda permanentemente a lo largo de todo el viaje. Es el intento de preservar lo bueno del pasado, con un rostro más humano, que debe unificar para el futuro. Mitteleuropa no es únicamente un espacio geográfico, es mucho más que eso, es también una cultura común, una historia común, es toda una comunidad que forma parte de un espacio aún mayor que es el continente europeo.
Milo Dor nos lleva en un viaje a través de palabras que provocan en nuestra imaginación un sinfín de imágenes, nos invita a conocer lugares, nos propone música y poemas de lugares que han pasado por encantos y desencantos pero que no por ello dejan de ser maravillosos. Es otra manera de ver “la otra Europa”, una manera que le hace mucha falta…

Bibliografía

Dor Milo. 1996. Mitteleuropa. Mythe ou Realite. Itália. Fayard
Matvejevic Predrag. 2003. L’Europe et l’Autre Europe.
Du Lac Toustain. Miteleuropa : permanence d’un concept ?
Beller Steven. 1991. Reinventing Central Europe. Centre for Austrian Studies.
Reisenleitner Markus.1998. Tradition, cultural boundaries and the constructions of spaces of
Identity.

miércoles, 6 de julio de 2011

MITTELEUROPA: Un paseo de la mano de Milo Dor (Primera parte)

Es lo que nos propone este autor con su libro “Mitteleuropa, mito o realidad”. Un paseo a través de poco más de 200 páginas en el que nos cuenta sus vivencias, su manera de sentir cada lugar, algunos recuerdos, todo mezclado con una magistral clase de historia. Es Europa Central a flor de piel…Istrie, Venecia, Voivodina, Dubrovnik, Toscana, el Danubio, Lombardia, Trieste, Belgrado, Budapest, Viena, Praga…es la Europa central de Milo Dor.

Poco podemos decir de este autor, no más que nació en Budapest en 1923, que fue educado en la zona yugoslava de Banat, que se instala en Belgrado para terminar haciendo de su casa la ciudad de Viena. Sufrió el exilio después de haber sido expulsado de la Universidad por sus actividades políticas en 1940 y de haber sido arrestado dos años más tarde antes de ser deportado a la ciudad austriaca. Milo Doroslovac, como es su verdadero nombre, se va dejando conocer a medida que se avanza en el viaje, dejándonos ver su interior al llegar a los últimos destinos. Así vamos a conocer primero al autor y luego lo que nos dice, haciendo un repaso un poco desordenado del orden cronológico que nos propone en su libro.

Praga
Quizás la ciudad del antiguo bloque del este que más ha sufrido la degradación arquitectónica del régimen comunista, quizás la ciudad en la que el autor encuentra más rastros de historia por ser centro que une el norte con el sur, el este con el oeste, en la que se ve y se siente el pasaje de décadas de descuido, de abandono, en la que nota el cambio desde su primer visita en 1938, a la última ya luego de la caída del muro de Berlín. “Praga fue para mi una ciudad llena de luz, de caras radiantes que miraban el futuro con confianza a pesar de la amenaza que representaba la Alemania de Hitler” declara el autor. Cuando resulta invadida por Alemania, Milo Dor sale a las calles de Belgrado a protestar contra tal atropello. Era estudiante liceal y fue la primera vez que se enfrentó a la autoridad. Queda clara la importancia que representa esta ciudad no solo en términos históricos sino como el inicio de la actividad política que desarrollaría después. En 1946 vuelve a una Praga a la que la guerra no había logrado quitarle el entusiasmo y la confianza que provocaba la libertad recién recuperada: “estaba fascinado con la animación de las calles” dice el autor. Un ánimo que duraría poco hasta que los comunistas llegaran al poder y allí se quedaran por más de cuarenta años. Milo Dor no volvería a Praga hasta entrados los años 80. En esta tercera visita nuestro guía sentirá el peso de un gobierno represor que había hecho desaparecer la alegría de las calles en las que ahora solo reinaba el silencio. A pesar de respirarse un aire tenso, obtendrá de esta visita una vivencia que no olvidará: por un segundo se darán determinadas características climáticas, de luz, de paisaje que lo harán sentir que se encuentra en el sur, más precisamente en Italia. ¿Por qué es relevante? Porque durante todo el transcurso del viaje (léase libro), Milo Dor intenta mostrarnos una Europa única, en la que hasta los pueblos que menos nos parecen influenciarse tienen cosas en común, más allá de la historia, rasgos culturales, lingüísticos, etc. El propio Milo Dor no se asume húngaro, austriaco o yugoslavo, sino europeo él mismo. Cuando vuelve, años más tarde, intenta recuperar la experiencia. Praga había recuperado la vida, la opresión que había sentido en su última visita había desaparecido. Nos la presenta como una ciudad invencible, cuyo pueblo cayó y se levantó una y otra vez. Vemos aquí, también, el Milo Dor político que lamentó el ataque fascista, que lamenta la destrucción comunista, pero que a su vez, puede ver más allá y mostrarnos a través de las letras la poesía que encierran ciudades llenas de sufrimiento, llenas de historias de luchas y desencuentros, un Milo Dor que lamenta la separación étnica, la lucha religiosa, porque todos son uno y parte de la misma cosa.

Belgrado, Budapest, Viena.
Son las tres ciudades que marcarán la vida de nuestro guía, un triángulo amoroso al borde del Danubio que le dejarán huella, cada una a su manera. Su llegada a Viena fue accidental, en 1943 siendo prisionero en Serbia es deportado a esta ciudad austriaca a un campo de trabajo forzado. Allí se quedará, primero obligado, luego por decisión. Nos cuenta cómo encuentra en Viena su casa (son chez soi) luego de pasar un largo periodo aprendiendo a conocerla y a quererla. Como capital cosmopolita y multicultural, dice, hasta un serbio como él, parte griego, nacido en Hungría y educado en Yugoslavia, podía sentirse en casa.
“Cada ciudad se reduce para cada uno de nosotros a algunos detalles que tienen un significado particular” dice Milo Dor, y son esos detalles los que nos cuenta en este destino, el significado particular que cada una de las tres ciudades tiene para él.
Es en Budapest donde encuentra la mejor vista sobre el Danubio, y donde nace en 1923, casi por accidente ya que apenas semanas después es trasladado a la ciudad que siente realmente como propia, Veliki Bečkerek, en Yugoslavia. A pesar de ello su ciudad natal no le es tan extraña como podría parecernos por las innumerables historias contadas por su madre que la mantuvieron presente a lo largo de su juventud. Nos presenta a los habitantes de esta ciudad particularmente abiertos a las novedades y nos muestra un país en el que la comunidad judía tuvo gran importancia en lo que se refiere a su crecimiento económico, un país en el que se siente y se ve el pasaje turco, un país, finalmente, que siempre miró al oeste a pesar de sus ancestros haber llegado del este. La puerta de entrada a ese “oeste” se encuentra en Viena.
Milo Dor encuentra varias razones por las que puede ligar Viena a su vida, pero por sobre todas las cosas explica cómo un sentimiento de confianza que invadía a sus padres, esta capital de un imperio que fue, hizo que terminara allí. Por alguna razón la encontraban un lugar seguro para esperar el fin de la guerra. Sin embargo, dice el autor, algo salió mal, es arrestado y solo por azar es que sale vivo. Obviamente al acabar la pesadilla solo quiere hacerse de un poco de dinero y salir de allí. Lo que no era tan obvio es que, una vez con todos los papeles en regla y el dinero suficiente para emigrar a los Estados Unidos, decidiera dejar pasar el barco y quedarse en Viena.
“Nuestra ciudad es una amante infiel (…) perversa, que llora sus amantes cuando los maltrató toda la vida” nos dice, así fue que Viena lo convenció de quedarse. Y parece no haberse equivocado, lo que nos cuenta de Viena, de su barrio, nos transmite calma, una sensación de espacio agradable, cultural, de “petit quartier mignon”, nos trasmite el amor que siente por ella, nos invita a conocerla. Es un pasaje en el que Milo Dor se muestra más débil en el sentido más positivo de la palabra. Todo el relato es como una poesía a la Josefstadt, su calle. Casi un homenaje al barrio que supo recibir personajes célebres, comunidades diferentes, un mundo multicultural…un barrio que representa Austria. Al decir de Jorg Mauthe, ser austriaco no es una nacionalidad, es compartir una visión del mundo. En definitiva Viena es su casa, su tierra y todo lo que ello representa.
Al hablarnos de Belgrado evoca recuerdos de infancia, de tardes frescas de verano, de corsos y charlas de libros, de cines y teatros. Nos pone frente a la librería en la que soñaba ver algún día uno de sus libros y si bien se encuentran hoy allí en versión serbo-croata, la felicidad que ello le inspira ya no es comparable con aquella que hubiera sido en aquel momento. Esta ya no es su casa…Belgrado es una ciudad en la que la poesía de otras es más difícil de encontrar, una ciudad que aún no ha resuelto muchos de sus innúmeros conflictos, donde la vida se hace difícil. A lo largo de la historia se vio destruida por todos los invasores posibles y reconstruida una y mil veces. Hoy lucha con la cantidad de habitantes, de inmigrantes que llegan a diario de ciudades y países vecinos a probar mejor suerte. Comunidades que se mantienen separadas, distantes las unas de las otras, una crítica que deja clara Milo Dor cuando la compara con una gran ciudad norteamericana donde los inmigrantes cultivan sus viejas tradiciones y tratan de imponerse unas colectividades a otras, donde cada uno intenta obtener lo mejor para sí…Plantea una “americanización” excesiva y sin ningún encanto.
Aparece aquí también el Milo Dor político, comprometido, crítico. Existen en Belgrado una docena de partidos políticos. Si bien se distinguen por el nombre, nos dice el autor, no se puede constatar ninguna diferencia notoria entre ellos porque se disputan los sentimientos nacionales y religiosos de los electores. Como en todos los Estados liberados de la presión comunista, la balanza pesa para el lado del nacionalismo que, en Serbia, se confunde con la iglesia ortodoxa nacional. Son ideologías nacionalistas que terminan siendo agresivas que obviamente acaban por enfrentarse con las otras ideologías nacionalistas agresivas de los otros pueblos yugoslavos. Es la guerra, las masacres…el odio étnico, el egoísmo…Es lo que podemos ver en los filmes de Kusturica, solo que él nos lo muestra como actor, Milo Dor nos lo presenta como espectador que sufre desde afuera.

En la segunda, y última parte, viajaremos junto a Dor por el sur y reflexionaremos con él de qué hablamos cuando hablamos de Mitteleuropa.

jueves, 23 de junio de 2011

¿Conservadores, cómodos o apáticos?

“El país del más o menos” se tituló un artículo publicado por el diario El Observador, con la firma de Juan Carlos Doyenart, en el que su autor intenta encontrar el porqué de esa aparente mediocridad, del aparente quietismo frente a las cosas que tenemos los uruguayos en un pasado glorioso que creímos duraría para siempre. Somos el “Uruguay del más o menos, dice, ese que hace las cosas a medias, que no se profesionaliza, no se especializa en ninguna actividad, que picotea un poco de cada cosa, que cuida su chacrita y finalmente espera que el Estado le resuelva sus problemas...”.

Yo me pregunto, ¿no seremos conservadores? ¿No será que mantenemos un conservadurismo tradicional de un tiempo que no es en el que está inmerso hoy el país y chocamos frente a la realidad negándonos a bailar al compás del mundo? Podría decirse que ese “país del más o menos” es el reflejo del miedo a los cambios, del querer mantener la línea de aquél Estado “benefactor, grande y rico, que solucionaba todos nuestros problemas”. El uruguayo parece preferir siempre el camino más largo, el que es lento, pero seguro. Cambiar sí, pero sólo lo necesario, vamos a no arriesgar...

Quizás me equivoque y lo que debería preguntarme es si no seremos muy cómodos. También es cierto que el uruguayo está muy mal acostumbrado a esa sobreprotección estatal que aún se mantiene en muchos aspectos. Hasta el día de hoy la primera reacción del Estado frente a una situación adversa sigue siendo la de proteger a sus inamovibles funcionarios. Cambiar cuesta y a veces también es arriesgado, claro está que es más fácil seguir en ese “más o menos” que tratar de pasar al “más” con el riesgo de terminar en el puro “menos”...El problema es que el cómodo también es miope y no ve que quedándose en ese “más o menos” se dirige, de todas maneras, aunque más despacio, al más puro “menos”... y entonces así, “podemos seguir culpando al juez de nuestras desgracias”...

Ahora bien, si me vuelvo a equivocar y resulta que lo que somos es apáticos, el asunto ya es más grave. Quizás ese “país del más o menos” refleje un total desinterés del uruguayo de evaluar hacia dónde nos dirigimos, los resultados, lo que votamos, lo que no votamos. Quizás refleje el descreimiento, sobre todo de las nuevas generaciones, en la clase política y sus líderes, en todos aquellos que tienen la posibilidad de hacer algo, porque no existe el altruismo y el precio por querer ser y hacer distinto puede ser caro...

Cualquiera sea la “opción”, creo que está claro que no es buena y nos está llevando por mal camino. Debemos volver a participar, renovarnos, abrirnos, respetarnos a nosotros mismos y al de al lado, respetar su tiempo y su trabajo, encontrar aquello en lo que somos buenos y fomentarlo, apoyarlo, prepararnos, ser los mejores...Es la única forma de poder competir, la única forma de entrar al baile y poder bailar...a compás.

domingo, 12 de junio de 2011

Abdou Diouf y la francofonía

La cadena francesa TV5 emitió hace algunas semanas un documental llamado Abdou Diouf: un destin francophone. Es un repaso sobre su vida y lo que para él significa la francofonía, un verdadero francófilo que dirige hoy, y desde 2003, la Organización Internacional de la Francofonía (OIF). Se ve aquí, más allá de su vida política como Presidente de Senegal durante 20 años, al hombre, su Ser.

La OIF da marco a una solidaridad activa entre los 75 Estados miembros, lo que representa más de un tercio de los Estados parte de Naciones Unidas. La francofonía no sólo representa el compartir el uso de un idioma común, el francés, sino, como el propio Diouf lo resalta, el compartir valores que son universales, toda una cultura, una manera de vivir y ver el mundo basada en un elemento fundamental: la diversidad.

Con sus casi dos metros de altura, su modo lento y pausado de hablar, su mirada reflexiva, Abdou Diouf impone, sin embargo, un respeto afable y la clara sensación de estar frente a quien ha vivido y aprendido: Je me sens apaisé, au même temps plein de vie, je me sens gagné par ce qu'on peut appeller la sagesse. Je suis a cette période de ma vie oú j'ai vraiment la sagesse issu de cette longue experience que j'ai eu de la vie publique, de la vie sociale, des réussites et des échecs et au total, quand je mésure le chemin parcourru je dis que finalment ça n'a pas été si mal, dice Diouf, a sus 75 años, manteniendo un grado de humildad que solo aquél que está seguro de sí puede manifestar sin problemas. Rescata las cualidades humanas de las personas con quien se ha cruzado así como de aquellas con las que ha debido lidiar en el terreno político, tanto en Senegal como en Francia, demostrando una sensibilidad que normalmente resulta difícil de reconocer en estas arenas.

A través de su propia historia y del recorrido hecho hasta llegar a la sede en Paris de la OIF, a pedido del entonces Presidente Jaques Chirac, deja clara la importancia de actuar para que el francés, su idioma, no pierda terreno internacional sin que sea ésta una lucha contra el inglés, ya que no se trata sólo de un tema de lenguas mas sí contra la hegemonía de una única cultura o un único idioma, sea cual sea éste. Diouf representa todo aquello por lo que la francofonía lucha, un africano que supo rescatar lo que de la colonia le era útil, de un país que se independizó pacíficamente y eligió, sin traumas, utilizar el francés como idioma oficial, reconociendo que para países que a veces llegan a tener hasta 300 maneras distintas de comunicación interna, contar con una herramienta unificadora como ésta es una bendición. Un hombre musulmán, casado con una católica y que tiene hoy, en su familia, representadas al menos tres religiones, sumada la judía, practica la diversidad en todos los terrenos de su vida. Elegido y reelecto en sucesivas ocasiones democráticamente que lo llevaron a gobernar su país por dos décadas, Diouf representó un ejemplo para todo el continente el día que perdió las elecciones, ya en el 2000, y se apuró a reconocer su derrota retirándose en paz del sillón presidencial. Es decir, no sólo se trata de promover el francés como idioma, se trata de defender la democracia, los derechos humanos, privilegiar la paz, la diversidad cultural, la educación a partir de una lengua común, que cualquier francófilo definirá como rica y consistente, mágica y musical.

Con estas breves palabras es que recomiendo a quien tenga la posibilidad de entender este idioma, disfrutar durante una hora de este video, disponible en Internet (http://www.dailymotion.com/video/xfgegp_abdou-diouf-un-destin-francophone_news) que nos confirma que hay otros mundos, otras maneras de vivirlos y de verlos y que nos permite descubrir a Abdou Diouf, en toda su humanidad. Un hombre que se define a sí mismo en sus palabras finales diciendo: J'ai beaucoup appris, j'ai beaucoup reçu, ce que je voudrai c'est pouvoir transmettre mon expérience, ce que je voudrai c'est que les hommes aient d'avantage de volonté...Vous savez, Socrates a dit "connais-toi toi même et devient qui tu es": ça doit guider la conduite de tous les hommes pour qu'ils aillent plus loin, ce n'est pas le chemin qui est difficile mais le difficile qui est le chemin...

domingo, 5 de junio de 2011

Recuerdos II

Avanzando en las distintas etapas de la vida, cuando vas saliendo del paréntesis que, a veces, te provoca la maternidad, la etapa bebé, afianzarte en el trabajo, llega el momento, casi de sin darte cuenta, en el que retomás viejas costumbres, hábitos abandonados y, en esa misma necesidad de volver a ser vos, te descubrís extrañando espacios, conversaciones, personas.

Recuerdos II porque la vida te va llevando en determinadas direcciones y en ese exigir se va el tiempo, necesariamente dejamos de hacer cosas, de ver amigos, de hablar tanto, de leer más. Y de golpe, con al excusa del festejo de cumpleaños de uno, te rencontrás con aquellos amigos, que ya casi no ves todos juntos, recordás viejas épocas, te reís como entonces. No están lejos, están acá, pero los extrañás igual.

Hoy, en una reunión así, disfruto sin que el poco sueño que sé que voy a tener luego me moleste, el rencuentro vale...los amigos con los que podés retomar la conversación después de años sin verte, como si te hubieras visto ayer lo valen y son por los que hoy amanezco con una dulce resaca, de sueño y cuerpo pesado, con una sonrisa indeleble en el alma.

Porque volvamos a tener entre cada 5 y 5 de junio otros wiskys, otras chácharas, con los mismos perfumes...

jueves, 2 de junio de 2011

El tiempo en tu tierra.

En uno de mis pasajes por Europa, hace unos años, quedé con una clara sensación de lo que significa el tiempo de acuerdo a donde estamos. Estuve una semana en Portugal y una semana en Francia. Dos países bien distintos, a priori, entre ellos y a nosotros.

La posibilidad de emigrar está en todos nosotros, ya hoy es parte de nuestro ser uruguayo y creo que no hay quien no se lo cuestione en algún momento. De hecho la emigración de jóvenes preparados académicamente ya no tiene que ver directamente (ni siquiera) con problemas económicos, al menos no en el punto de partida. Pasa por otros parámetros más difíciles de detectar a veces, como la valoración de su trabajo, el reconocimiento, independientemente de que les permita vivir en términos económicos.

Cuando me fui a estudiar a Lisboa y el año lectivo terminó, teníamos la posibilidad de quedarnos, teníamos la oferta necesaria para quedarnos, pero volvimos. Volvimos por ese qué sé yo que tiene este país, porque es nuestra casa, porque están aquí nuestras familias, porque le teníamos fe, porque reconocíamos que todavía había una calidad de vida distinta, porque queríamos. Sin embargo este país se empeña en echar a su gente y confieso que me fui a Francia y a Portugal con una mirada atenta a lo que estos países podían ofrecer. Tengo una hermana radicada en Francia hace muchos años, que, claro, considera que podemos hacer y ser mucho más allá que acá. De emigrar, entraría en la categoría de los que se van por hastío, por acumulación de desilusiones, de tanta política barata, de sentir que nos toman el pelo desde los distintos gobiernos. Entraría en la categoría de los que se cansaron de la falta de respeto y la desconsideración del prójimo, desde el ejemplo más simple de dejar tirados los carritos de supermercados en el frente del auto vecino, hasta el que deja el auto estacionado en doble fila en hora pico por no perder dos minutos de su tiempo y estacionarlo media cuadra más lejos, donde había lugar. Los uruguayos consigo mismos pueden llegar a ser terriblemente desagradables…sin embargo hay algo, sigue habiendo algo.

Francia es un país que funciona, desde nuestras realidades funciona y muy bien. Nantes es una ciudad impecable, limpia, perfecta. La gente es súper amable, las indicaciones son claras, clarísimas, hay un orden nórdico y ese orden se respeta. Tanto que costaría acostumbrarme. Portugal es un país mucho más latino en nuestro sentido. Lisboa tiene esa desprolijidad en el justo límite, es un punto medio entre esto y aquéllo. Pero tiene también algo muy europeo que, empiezo a creer, es lo que nos hace volver al sur: el uso del tiempo.

Ya sea por un tema de distancias, de formalidades, de modo de vida, los días parecen ser más largos en un sitio que en otro. Ninguna de estas ciudades se caracteriza por ser grande en comparación con Montevideo, sin embargo el día no da. Y tiene mucho que ver con la manera de vivir, el uso del tiempo es muy distinto. A las 7 de la tarde se está cenando, el día terminó. Acá le estamos dando la última vuelta al mate, pensando qué haremos de cenar. Esto permite otro tipo de relacionamiento, lo que también hace a la calidad de vida. Nos tomamos el tiempo, y parecería que los días tuvieran una consistencia distinta, una chance más a que no pasen por el costado y, por allí, se te vaya la vida. Es una actitud exportable (y en todo caso que se lleva muy bien con los españoles) pero quizás no sostenible en el tiempo. A pesar de que considero que estoy cada vez más lejos de lo que el ser uruguayo implica y de que me siento cada vez menos identificada con este ser nacional, valoro mucho mi tiempo, porque este uso que nosotros le damos permite compartirlo y cada vez más, esto, se torna fundamental. Tener tiempo para aquello que te hace bien, compartir la charla, el silencio, observar, aprender, callar.

jueves, 12 de mayo de 2011

Schengen y la libre circulación en la UE

Una de las noticias que ocupó (y ocupa) estas semanas, a la mayoría de los diarios europeos tiene que ver con el encuentro, el martes 26 de abril pasado, en Roma, del presidente de Francia, Nicolás Sarkozy y el premier italiano Silvio Berlusconi, en torno al tema inmigración y la necesidad de reformar el acuerdo de Schengen que permite la libre circulación dentro de la Unión Europea.

Es uno de los capítulos de la situación que mueve al norte africano y que abre nuevos capítulos en la interna europea.

Desde los primeros años de 1990, fueron desapareciendo las aduanas de los puestos fronterizos y los controles de identidad se fueron suprimiendo en trece países pertenecientes al llamado espacio Schengen.

Hoy para viajar en el interior de 22 de los 27 países de la Unión Europea, basta con poseer una cédula de identidad válida o un pasaporte nacional válido (1). Desde 1995, los controles de identidad fueron progresivamente suspendidos en las fronteras internas del espacio Schengen, que se extiende a lo largo de la Unión, con excepción del Reino Unido, Irlanda, Rumania, Chipre y Bulgaria; más Suiza, Noruega, Liechtenstein e Islandia.

Actualmente, los Estados miembros de la UE proporcionan un pasaporte europeo a sus ciudadanos que sustituye al pasaporte nacional y puede ser utilizado para viajar en el mundo entero.

La libre circulación de personas es una realidad en la UE. Los controles de policía y de aduana desaparecieron en las fronteras de los países del espacio Schengen(2). Los controles sin embargo, se efectúan en las fronteras exteriores de la UE. Una persona que se encuentre en un Estado miembro podrá pasar las fronteras hacia otros Estados miembros sin problemas, lo que implica, solidaridad y confianza entre los Estados de la UE, cada Estado es responsable de los controles en sus fronteras con respecto a un tercer país y garante no sólo de su propia seguridad sino de todo el espacio de la UE. El refuerzo de los controles de las fronteras externas de la UE, compensa la desaparición de los mismos en las fronteras internas y requiere de esta manera una cooperación reforzada de las administraciones del interior, de la justicia y sobre todo, de los servicios policiales, de aduana y de inmigración. Esto quiere decir que los no europeos que ingresan en un Estado miembro del espacio Schengen pueden circular sin control a través de los países Schengen con una cédula de identidad o el permiso de estadía.

Con respecto a la inmigración, no existe aún una normativa común con referencia a la entrada y estadía en el territorio de la UE de ciudadanos extranjeros. Se mantiene aún como competencia exclusiva de los Estados miembros que deben coordinar sus leyes con respecto a las condiciones de entrada, de permanencia y de trabajo de estas personas. Actualmente la prioridad está puesta en la lucha contra la inmigración y el trabajo clandestinos. En este sentido, los 27 miembros de la UE se pusieron de acuerdo sobre una lista de terceros países a cuyos ciudadanos se les requiere de una visa para entrar a la UE (3).

Con respecto a los demandantes de asilo y los refugiados, los países de la UE deben adoptar una actitud común. Se trata de evitar en particular, que un candidato al estatus de refugiado sea enviado de un Estado miembro a otro, a partir de un pedido de asilo, o viceversa, de impedir que un pedido de asilo sea introducido en un Estado miembro luego de haber sido rechazado en otro.

A partir de la revolución tunecina (y su efecto dominó), Italia no deja de recibir refugiados, sobre todo de Túnez y Libia. La decisión unánime de Italia, primero, de entregar un visado especial a los refugiados para que puedan permanecer en territorio europeo y la iniciativa luego, también unánime, de Francia de plantear una suspensión del acuerdo Schengen han generado un debate dentro de la UE que sobrepasa el tema puntual de qué hacer con todos los refugiados que ahora tienen permiso de permanencia, aunque limitado, en territorio europeo.
Existe una cláusula de suspensión de Schengen que Francia supo aplicar ya cuando los atentados de Londres en 2005, pero que refiere, aunque no explícitamente, a temas relativos a la seguridad. En este caso puntual, Francia quiere evitar el ingreso masivo a su país de inmigrantes africanos, lo que a ojos vista no es lo mismo. Bruselas reacciona así, aclarando primero que no fue consultada por ninguno de los mandatarios sobre las medidas a adoptar y que propondrá un proyecto en este mes de mayo, que aclare las normas Schengen sin ninguna intención de “innovar” en ese sentido, enviando un claro mensaje a Sarkozy. Lo que el ejecutivo europeo pretende es lograr mayor coordinación entre los países miembros en lo que respecta a las fronteras externas reforzando la agencia europea que las gestiona, FRONTEX, y que se logre avanzar en el debate sobre la inmigración, además de evitar agujeros interpretativos del acuerdo Schengen. Una reforma que limite la circulación en el marco de Schengen va en contra del principio europeo de unidad de Monnet, Schuman o Delors, y donde los Estados miembros deben poner el esfuerzo es en lograr una política migratoria común. Así queda expresado en varios editoriales de distintos diarios europeos que no ven con simpatía esta actitud franco-italiana, que vuelve a separar a la opinión pública europea en temas tan delicados como urgentes de resolver.

(1) Los menores de 18 años deben poseer una autorización escrita de sus padres para viajar solos a través del territorio de la UE. El pasaje de frontera de los objetos personales se efectúa sin revisión, incluyendo puertos y aeropuertos, aunque la aduana se reserva el derecho de intervenir y revisar cuando existe sospecha de tráfico de drogas, el transporte de sustancias peligrosas, de tráfico de armas o de obras de arte.

(2) Dinamarca tiene un estatus especial, el Reino Unido conserva el derecho de controlar a las personas en sus fronteras, y los nuevos países miembros de Europa del Este van ingresando al espacio Schengen paulatinamente desde 2008.

(3) A partir de los atentados del 11 de setiembre de 2001, se creó un Sistema de Información sobre Visas (VIS) que permite mejorar la puesta en marcha de una política común de visas, la cooperación consular entre las representaciones de los Estados Schengen y la consulta previa a la concesión de visas. Además, la “visa Schengen”, de modelo uniforme, permite a los ciudadanos extranjeros entrar legalmente en un Estado Schengen y desplazarse libremente en todo el espacio. Esta visa común, se da con procedimientos idénticos, es válida para estadías de tres meses por semestre.

viernes, 18 de marzo de 2011

Las capas de la paleta

La maternidad es como la paleta del pintor, llena de colores, algunos grises, otros brillantes, fuertes, suaves, algunos que se descubren solos en la mezcla, algunos que los creamos, queriendo y sin querer. En la paleta van quedando capas y una de ellas es la escolaridad. La socialización del bebé primero, en el jardín, el primer aprendizaje en el prescolar después y EL momento por excelencia, la primaria.

Hay dos fases primeras en las que nos movilizamos como flancitos: el primer día que dejamos solos a los bebés en el jardín y el día que le pusiste el uniforme de primaria a tu hijo por primera vez. Te cae la cuenta de los años pasados ¡y no lo podés creer! ¿Ya entra a primero? Es el último pasito en el abandono total del bebé, que después fue bebote, niñito...ya está, es un niño hecho y derecho, ¡6 años!

Lo peor es que tan magno evento lo es tal más para nosotros que para ellos, que hacen fuerza para sonreir en las múltiples fotos con el uniforme nuevo, antes de salir de casa, en la puerta de la escuela, en la puerta de la clase, uffff pensarán ¿cuándo termina esto? Es que nosotros no estábamos escolarizados desde tan pequeños ni llegábamos a primaria sabiendo leer y escribir...Quizás haya algo de eso, quizás también haya algo de saber que abandonamos una etapa de mimoseos, de mamádependencia, que en el fondo nos da cosita.

Claro que para ellos también es importante, dejan el "sector de los chiquitos" del cole, pasan a ser "grandes", aunque después se den cuenta de que también pasaron a ser los "chiquitos" del sector de "los grandes"...Como sea, ellos también lo viven como un cambio, ya no van a jugar tanto, van a trabajar más...

Por una o por otra, la llegada a primaria del primer hijo sigue siendo movilizadora y reveladora. Es un antes y un después, si no lo habías notado, o no lo habías querido ver, ese día te cae la ficha: crecieron, creció, creciste.

jueves, 17 de marzo de 2011

Cuando las lágrimas son en solitario

Hay momentos en los que las situaciones superan, abruman, marean…son esos momentos en los que buscamos refugio, algunos en esas familias que funcionan como clanes cuando las cosas se ponen difíciles, otros en la red de amigos que dejan todo para estar y apoyar, algunos en su propia casa, en la contención de los brazos del otro que es capaz de sostener y ofrecer el espacio para llorar y rebelarse…Pero a veces estas redes no funcionan, o las situaciones se dan tan intempestivamente que no dan tiempo a reaccionar y de golpe estás solo con toda esa carga, resolviendo, decidiendo, sin encontrar el lugar ni el momento, ni el con quién explotar…y el no hacerlo pasa factura, pasás de la tristeza enorme a la intolerancia, de la intolerancia a la indiferencia…y el cuerpo se resiente.

En estos momentos hay que escucharse, llorar en solitario, pero llorar, descargar y encaminarse hacia lo que haga que la carga sea más fácil de llevar, hay momentos en los que las lágrimas en solitario también ayudan y resuelven, hay giros que la vida te obliga a dar que para encararlos hay que pelear antes y eso puede significar que lo hagas solo.

Quizás es el momento de cambiar el aire, de renovar espacios, de retomar otros mundos abandonados, de volverse hacia dentro y darse lo que el entorno no puede, esos mimos al espíritu, esas caricias en la cabeza, ese abrazo que te sostenga…Somos nosotros mismos que debemos buscar lo que nos reconforte en ese momento, lo que nos haga llevadera la situación vivida, no siempre viene sola...no siempre el mundo, tu mundo, se entera de lo que estás pasando,no siempre sabemos decirlo y, a veces, aunque no lo puedas ver en ese momento, es mejor así...

sábado, 5 de marzo de 2011

¡Bienvenida al club! II (segundo hijo)

Llegó el día, tu hijo cumple 2, un año mágico en el que tanto él como vos hacen un click (otro más, casi el último). Es el comienzo del fin de la etapa (bueno, la primera etapa) más trabajosa y dura de la maternidad, es cuando el disfrute empieza a ocupar más lugar, la calma y la armonía coquetean con volver a tu espíritu y él, tu hijo, descubre que hay un mundo más allá de vos. Un mundo que, de golpe, resulta demasiado grande.

Ese mundo es el que empezará a cuestionarte desde el mismísimo día de cumpleaños “¿para cuándo el segundo?”… y vos que empezabas a disfrutar la sombra de la libertad que alguna vez tuviste, que empezabas a mirar a tu marido con aquellos ojos otra vez… luchás para no dejar entrar esa certeza que, muy en el fondo, sabés que existe: lo vas a volver a repetir…¿pero ya?

¡Tan segura estabas cuando nació el primero de que era el último! Pero, dicen que la naturaleza es sabia y relativiza las memorias para que vuelvas a hacerlo. Yo no creo que sea tan así, te acordás perfectamente, por eso dudás tanto…el tema es que el mundo se confabula con decirte que “el segundo es más fácil” y así, con ese vil engaño entrás asumiendo que es un hecho. La decisión de darle un hermanito/a a este niño que tiene demasiada atención y un mundo demasiado grande para él solo, no siempre es fácil de tomar, por eso lo mejor es no pensarlo, hacelo. Después te vas a dar cuenta de que entrás en un nuevo club: el de las madres de dos (bá, tres).

Ya está, tu panza explota y tu pecho también, sólo que esta vez no podés dormir cuando tenés ganas ni sentarte a descansar cuando tus pies no dan más. Tu niño, el que ya salió, te reclama, te exige, te ama, te odia, y vos luchás entre la culpa y el peso de tu cuerpo, querés compensarlo y educarlo…sin darte mucha cuenta, querés que crezca de golpe y te ayude.

Al final sólo querés que nazca ya para que vea que no es ningún monstruo, que no lo vas a echar de casa, ni a remplazar como un cepillo de dientes.

Cuando finalmente llega el día te das cuenta de qué quieren decir en realidad con eso de que el segundo es más fácil…no es más fácil, lo llevás mejor; y lo llevás mejor porque ya sabés lo que se viene, lo tolerás mejor porque los cambios no te sorprenden, ya incorporaste de tal manera el llanto del bebe que no te estresa tanto y esta vez, como ya lo viviste, tenés la certeza de que pasa, de que se acaba. Pero te duele igual, te agota igual, el jogging se adhiere a tu cuerpo por meses igual, odiás a tu marido igual…solo que ahora en vez de luchar con uno (o dos), luchás con dos (o tres).

Ahora el grande un poco se calmó cuando vio que no lo desterraron, que esa cosa que salió de la panza de Ella, ocupa lugar pero no tanto como él imaginaba, al menos los primeros meses. El tema retoma importancia cuando el segundo se despierta, empieza a interactuar, a reir, a Ser. Ahí entendés el verdadero significado de este club…son dos y vos…vos seguís siendo una.

Sin dudas, más allá de todo lo bueno (buenísimo) y positivo que nos da traer un hijo (dos, tres) al mundo, deberíamos estar mejor informadas y psicológicamente contenidas para lo que significa. Acordate, el segundo no es más fácil, lo llevás mejor y te digo, para ser madre no hay un manual único, cada una hace lo que puede...y está bueno que te lo digan.

viernes, 18 de febrero de 2011

Recuerdos

Tengo un grupo de amigos de nacionalidades diversas con quienes compartí, van a hacer ya 22 años, una experiencia única e irrepetible. Cruzamos el océano, desde Europa hacia América, en barco, siguiendo la ruta del tercer viaje de Cristóbal Colón. Fueron cuarenta y tantos días de convivencia entre jóvenes de ambas márgenes de toda Iberoamérica. De allí surgieron amistades que perduran en el tiempo tan fuertes como entonces, a pesar de las distancias y del tiempo pasado sin volver a verse.

Desde entonces no he dejado pasar una oportunidad de viajar y reencontrar a algunos de ellos con cierta frecuencia, otros menos y a otros no lo he vuelto a ver.

Uno de estos amigos es Joseba. Era uno con los que me escribí largo tiempo y que rencontré gracias al mail y las redes sociales. Joseba escribía, escribía muy bien y
buscando viejos textos míos encontré los suyos y, hoy, releí con inmenso placer uno de ellos...¿Qué pasó con esa literatura? ¿En qué quedó esa capacidad de crear historias tan buenas?

Quedé con la sensación de que fue ayer cuando todavía nos mandábamos cartas por el correo postal, cuando todavía dedicábamos tiempo, a veces horas, a contar lo que hacíamos. Una sensación que se mezcla con el tiempo presente y de donde surge una cierta ansiedad por la falta del mismo para poder retomar esos espacios de conversaciones diferidas, que tenían su propio sabor, aunque sea con una máquina y no ya con el lápiz y el papel.

La magia de estas relaciones es la capacidad de no vernos en años y rencontranos de golpe conversando frente a frente en un bar, en cualquier ciudad, como si hubiéramos conversado la semana pasada por última vez...Es la capacidad de recorrer 400km para acercarnos a un punto intermedio entre el destino de uno y el del otro, con la excusa del almuerzo, de un café, de vernos una vez más, como si fuera ayer, 20 años atrás. Ese momento de volver a algo que nos es único, propio, que vale cualquier esfuerzo y así de hecho, sin que nadie lo verbalice, se hace.

Para Joseba, Carol, María, Fran, Isabel, Jorge, Ana, Rita, Hugo y tantos otros, que no dejemos de movernos por el mundo, que no dejemos de encontrarnos, de reconocernos de tanto en tanto y de tiempo en tiempo.

Hasta la próxima ronda de cervezas, donde sea.

viernes, 11 de febrero de 2011

Opresión

Todo habría sido como siempre si aquéllo no hubiera estado allí, amenazante, en acecho. Al principio, le fue indiferente. ¿Qué podía importar mientras quedara quieto? Sin embargo, ese pringue blanquecino e inestable parecía vivir, crecer, avasallar. Cuando se dio cuenta de que realmente esa obsesión se le echaba encima, resolvió luchar, pensando que hubiera sido mejor comenzar antes. Reunió toda la energía vital que le permitiera rechazarlo. Quizo llenar sus pulmones, pero la náusea lo enervó y apenas pudo detener momentáneamente el inexorable avance de la asqueante catarata. Sopló hasta lo último, pero sin éxito. Luego contempló consternado e impotente cómo se desplomaban sus sueños. Recién entonces gritó desesperadamente:

- Vieja ¡sacame la nata de la leche!

(A Mario y papá)

jueves, 10 de febrero de 2011

Reflexiones sobre la libertad.

Los diversos conceptos que surgen de la idea de libertad forman una constelación vasta y a veces confusa, que intentaremos reunir de manera clara y simple a partir de una reconstrucción académica, filosófica, histórica, cultural y social de lo que significa la libertad.
Comenzamos por la definición sencilla de la palabra que nos da la Real Academia Española, que nos dice que es la “facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos. Facultad que se disfruta en las naciones bien gobernadas de hacer y decir cuanto no se oponga a las leyes ni a las buenas costumbres.” Estas dos oraciones, en cuanto definición genérica de la palabra “libertad”, están ligadas al concepto político del término, que implica el reconocimiento de ciertos derechos pero también el cumplimiento de obligaciones, al mismo tiempo que incluye la idea de que mi libertad termina donde empieza la del otro.
Los griegos, en función de su época, contrapusieron el concepto de “hombre libre” al de “esclavo”. La condición de libre, en el sentido político, era la de aquél que ingresaba en la polis como ciudadano: poseía, por un lado, la capacidad de decidir y por otro la responsabilidad de hacerlo considerando la comunidad.
Si bien se puede remontar al siglo XVII, lo cierto es que la noción de libertad se difunde de manera amplia en el Siglo de las Luces, de la mano de la igualdad y la fraternidad. “Libertad, igualdad, fraternidad” es una de las divisas más proclamada durante la Revolución Francesa. Son conceptos interdependientes desde una perspectiva ética: no podemos pensar en la libertad sin generar desigualdad, entonces la fraternidad actúa como un engranaje que hace posible la promoción simultánea de la libertad y la igualdad. Entendemos el concepto de libertad como un derecho moral respecto de otra persona, no de nosotros mismos. Estaremos de acuerdo en que sólo si el hombre es libre es también moralmente responsable de sus actos, por lo tanto ser libre es ser responsable y supone una postura epistemológica frente a la realidad.
Históricamente, puede analizarse la noción de libertad desde dos visiones: la que la contempla como algo interior a la persona humana (cristianismo) o la que lo hace como algo exterior a ella; la que hace de la libertad algo metafísico y la que la considera una cuestión social (Hobbes); la que habla de la libertad de la voluntad y la que lo hace de la libertad del hombre (Sartre).
La tradición empirista, desde Hobbes, pasando por Hume y Mill, compatibiliza la libertad con la necesidad, de manera que ser libre no significa obrar sin motivo sino no sentirse coaccionado: una acción puede ser libre aunque esté causada por impulsos o motivaciones, siempre y cuando ninguna de estas cosas pueda considerarse una causa que predetermine necesariamente el curso de la acción (es decir, que coaccione internamente). Esto no significa que la libertad, para ser ejercida tal y como la consideramos, no deba estar limitada. La libertad absoluta, en este marco, no es posible. Si bien el equilibrio perfecto entre el derecho del individuo a actuar sin interferencias de terceros y la necesidad de restringir la libertad para poder vivir en comunidad no se ha encontrado aún, el concepto anárquico de sostener la sustitución del gobierno por una sociedad en la que cada individuo observe los principales principios éticos, es inviable.
Filosóficamente, Sartre plantea que la idea del hombre como un ser libre es una consecuencia del ateísmo, nadie nos ha marcado un destino irremediable, somos, en definitiva, lo que siempre hemos querido ser y siempre podemos dejar de ser lo que somos: el hombre está condenado a ser libre, en la medida de que concluye que no somos libres de dejar de ser libres. Así, hace al hombre radicalmente responsable de sí mismo. Kant, entiende la libertad como la capacidad de los seres racionales para determinarse a obrar según leyes de otra índole que las naturales, en el mundo de la experiencia no hay libertad porque todo obedece a causas pero, en el plano del pensamiento, ve la libertad como una exigencia de la moralidad. Dice Kant: “(…) todo ser que no puede obrar de otra suerte que bajo la idea de la libertad, es por eso mismo verdaderamente libre en sentido práctico, es decir, valen para tal ser todas las leyes que están inseparablemente unidas con la libertad, lo mismo que si su voluntad fuese definida como libre en sí misma y por modo válido en la filosofía teórica. ”.
Para Nietzsche, de acuerdo a la interpretación de Karl Jaspers, el hecho de que la mutabilidad del hombre no se agote en la variación propia de su existencia, según leyes naturales, significa su libertad: el hombre cambia por sí mismo. Toda la historia muestra que tal cambio se ha producido por la moral, entendiéndola como las leyes a las que se someten los hombres en su actividad y en su conducta íntima, de modo que sólo así llegan a ser lo que son. El mundo actual reconoce la moral cristiana. Aquél cuya fe vacila, admite, sin embargo, la moral como si fuese algo obvio. La modernidad, al tornarse atea, cree tener en la moral un terreno sólido que la sostiene y le permite vivir según las leyes de la misma. Nietzsche ataca la moral en cada una de las formas que le salen al encuentro, pero no lo hace para quitarles las cadenas que sujetan a los hombres, sino para impulsarlos mediante una carga más pesada: para que lleguen a una jerarquía superior. Al atacar y al negar lo que vivía como ley moral y como libertad en la autoconciencia humana, Nietzsche quiso concebir el ser auténtico del hombre: lo que llama libertad llegó a ser para él “creación”, en lugar del deber ser puso la “naturaleza”, sustituye lo que los cristianos denominaban gracia y redención de los pecados por la “inocencia del devenir” y en lugar de lo que en general es universalmente válido para los hombres, ubicó la “individualidad histórica” .
Para nosotros, la libertad es un principio.
En términos culturales debemos resaltar que la educación es un factor primordial para conocer la libertad. Quien menos “conozca” menos opciones tendrá, por lo tanto menos libre será a la hora de tomar sus decisiones. En el proceso de educar debemos fomentar siempre la tolerancia, el respeto, la autonomía y la independencia. Nosotros respetamos y fomentamos la libre expresión y el espíritu creador en el marco de la tolerancia.
Personalmente, creo que podemos encontrar tantas definiciones de la libertad cuanto personas haya, en la medida de que lo que en definitiva importa es que cada individuo se sienta libre (además de la libertad que le es otorgada la conciencia de poseer tal estatus es fundamental). En este sentido, entiendo que la libertad no es un fin, es un medio y los medios no resuelven problemas sino que preparan los caminos para resolverlos.
Dejo, por último, una reflexión de Jacques Bénigne Bossuet que sobre la libertad dice:
El buen uso de la libertad cuando se transforma en hábito se llama virtud; el mal uso de la libertad cuando se transforma en hábito se llama vicio.
Sigamos defendiendo la virtud tratando de evitar el vicio.
Muchas gracias.
Enero 2009
VD

Los chicos 2.0

La escena es ésta: un niño de cuatro años sale al frente de su casa a practicar en su bici nueva, sin rueditas, cuando se le acerca una abuela con su nieta de tres. Rápido para socializar, el niño le ofrece a su nueva amiguita su bici vieja, más chiquita. Entonces surge que la niña no sabía andar en bici…así que rápidamente acierta en ofrecerle un triciclo. Estupendo, allá va a buscárselo para andar juntos, cada uno en sus ruedas. Pero resulta que cuando la niña se sube al triciclo, no sabe pedalear, ahí nos enteramos de que ella no utiliza estos elementos porque vive-en-apartamento-en-el corazón-de-Pocitos, lo que equivale a decir (parece ser, todos los días se aprenden cosas nuevas) que la niña, a pesar de solo tener tres años, se pasa entre la computadora y la tele, es decir, intercambiando cajas bobas.

Hoy, leyendo algunos artículos, me entero que estos chicos ya tienen nombre, un nombre generacional que los identifica. Así es, como hubo hippies, yuppies, generación X, ahora son los chicos 2.0. Aunque la definición parece ubicarlos entre los 4 y los 14 años, la característica principal es ésa: las pantallas, de cualquier tipo. Ya sea porque miran demasiada televisión, pasan demasiadas horas frente al monitor de la compu o mandando sms en el celu, lo cierto es que son chicos que pueden tener problemas para socializar directamente, con otros seres de carne y hueso, cara a cara; o que se pueden encontrar con una bici y no saber para qué sirve.
Que los chicos tienen que aprender a usar la compu ya no admite discusión. El asunto es tener claro el cuándo y el cómo. Sigue habiendo edades para todo, en este caso, llegada la primaria no habrá más remedio, pero antes ¿es estrictamente necesario?
Hay que cuidar a nuestros hijos de estos nuevos vicios que pueden encerrarlos…hay que mostrarles todas las opciones, aunque estemos en medio de la ciudad en un barrio lleno de edificios, siempre se puede salir con ellos a andar en bici, triciclo, o a jugar con la pelota, con amiguitos….a respirar aire. Estemos atentos a darles ese tiempo, para que luego puedan diferenciar y utilizar la tecnología con discreción. Es nuestra responsabilidad.

¿Qué pasa a los 40?

Estudiar, terminar la carrera elegida, conseguir trabajo, casarse y tener hijos. Ése es el orden natural con el que crecimos la generación del 60 y el 70, así deben ser las cosas. Lo cierto es que, en el camino, uno se encuentra con un montón de obstáculos que debe sortear para lograr esos cometidos, además de dejar de lado algunas tentaciones que nos invitan a desviarnos del sendero. Para eso nadie te prepara, llegan sorpresivamente y cada uno, a su manera, lo va sorteando.

Podríamos decir que a partir de los 20, las tres décadas tienen características propias. A los 20 ya prácticamente you’re on your own, sos dueña de tu destino y debés decidir hacia dónde dirigirte, es la década de la preparación. En estos años todavía hay algo de soñador, de naïf, de lúdico, en las metas que nos fijamos a mediano y largo plazo. Mantenemos ese ímpetu del adolescente que nos permite enfrentar, a veces, los desafíos con cierto desparpajo y una pizca de arrogancia. Es la década de los primeros logros, terminaste la carrera, empezaste a trabajar, te mudaste sola…Empezás a sentir que ya estás al día con tu generación mayor y saboreás la independencia: conocés un nuevo significado de la palabra libertad. Sí, también para llegar a eso sufrís como una condenada, cada examen que perdés es una tragedia, los hombres desfilan por tu vida en una inconciente búsqueda del “indicado”, que comienza a desesperarte si te acercás a los 30 y todavía no lo conseguiste. En este punto hay dos opciones: o encarás la situación al mejor estilo Carrie Bradshaw o te deprimís y te encerrás en tu trabajo tirando mala leche a diestra y siniestra. Está en vos.

Llegaste a los 30, la década del trabajo duro, afuera y en casa. Empieza el dilema entre el éxito profesional y el premio a la madre perfecta. Conocés la culpa. Descubrís, ahora sí, al hombre que elegiste para que sea el padre de tus hijos en todas sus facetas (que no siempre son las mejores). La realidad de la vida adulta empieza a sacarte esa cara de ingenua feliz que traías de los 20. En estos años tenés que afianzarte, lograr tu lugar en el trabajo, tener hijos, criarlos a ellos y a tu marido, ocuparte de la casa y del colegio, todo al mismo tiempo. Como si esto fuera poco, tenés que sacarte esos 5 kilos que te quedaron de los partos, endurecer lo que tus niños, con tanto amor, ablandaron y estar perfecta. Acá se definen los límites, no sólo los que tenés que imponer, también los que tenés que decidir para vos misma: o la vida se te pasa por el costado y los 40 te despiertan una mañana de invierno con un baldazo de agua fría, o la mirás de frente, la disfrutás, la exprimís, la vivís. Ahhh, ¿quién dijo que era fácil? En realidad, literalmente, nadie, pero uno lo cree así porque existe una especie de acuerdo tácito entre los mayores de no contar sino hasta que estás ahí y entonces decir “y si…¿vos qué pensabas?”.

Entonces ¿qué pasa a los 40? A los cuarenta, es tu turno. Ya fuiste hija, ya fuiste mujer, esposa, madre…ahora te toca a vos. Por eso los 40 es la década en la que llegás a la plenitud, recuperaste tu espacio, tus hijos ya soltaron el primer belcro que los adhería a tu espalda, volvés a disfrutar de tu intimidad, seguís trabajando, seguís creciendo, más tranquila, con otra energía y con la sabiduría que da la experiencia (además de la que te dio el psicoanálisis). Ahora la balanza debe inclinarse más hacia el disfrute que hacia el trabajo. Recuperás la relación con tu marido, si lograste seguir casada, si no te amigás contigo misma, o te crees de nuevo una niña de 20 con mariposas en el estómago si encontraste una nueva relación. ¿Y qué si no llegaste hecha una Valeria Mazza? A los 40 te das cuenta que eso no es lo que importa, la belleza que te van a envidiar es la que sale por tus poros cuando mirás hacia atrás y te das cuenta que lo lograste, tu cara va a iluminar con la tranquilidad del deber cumplido y las metas alcanzadas. De eso se trata, cumplir 40 no es ninguna tragedia, al contrario, es la oportunidad para reencontrarnos con nosotras mismas y disfrutarnos.

¡Bienvenida al club!

Es lo que deberían decirle a cada mujer que da a luz a su primer hijo. Definitivamente es un mundo aparte, nadie va a entender nunca a una mujer madre como otra mujer madre…quizás desde el esfuerzo tenaz de la amistad pueda alguien que aún no ha procreado, comprender lo que escucha, pero cuando se encuentre en el lugar verá que nunca imaginó la intensidad del cambio.
Cuando de niños se trata la conversación, no es preciso conocer a tu interlocutora, todo lo que diga te será familiar y se generará una extraña complicidad de solo saber que “vos-sabés-de-qué-te-estoy-hablando”. Porque no es solo lo que dicen las palabras hilvanadas una tras otra, sino los conceptos, ideas, imágenes, sensaciones y sentimientos que esconden detrás, en ese segundo plano tan difícil de ver y entender para los hombres y demás mortales que se encuentren fuera del club.

Ahora el problema está en aceptar que la cosa es así. Podrán pelear eternamente, padre y madre, marido y mujer, o reconocerse en los primeros años de vida de la criatura cada uno en su lugar: el 80% le corresponderá inevitablemente a ella y el restante 20%, para quien tenga suerte, será patrimonio de él. No vale la pena luchar contra esta ley de la naturaleza porque ella se ocupó de incorporarlo en la información genética del niño. Él sabe, cuando nace, que su vida dependerá de ella y se encargará de recordárselo cada vez que parezca haberlo olvidado. No hay abuelos, no hay tíos, no hay maridos, no hay padrinos ni amigos que puedan, por más que lo intenten, aplacar esa necesidad de “madre” que el niño requiere.

Es así que nos volvemos monotemáticas, perdemos la libertad de hacer y deshacer a nuestro antojo, de despertar cuando se logró saciar el sueño, de no tener preocupaciones (nunca más), en definitiva, perdemos la libertad, con todas sus letras -¡ni siquiera volvemos a ver las vidrieras de siempre sin pensar qué podríamos comprarle al vástago! Cuando recuperamos un poco el espíritu y la fuerza luego de esa experiencia única en todos sus términos que es parir, intentaremos recuperar al menos un poco de espacio, empezaremos a empujar los pensamientos ligados al hijo a un costado para forzosamente generarle lugar a otros que nos sean propios, nuestros. Empezaremos a actuar fuera de su círculo, a retomar la lectura (en la que inevitablemente intercalaremos algún que otro “manual para padres”), a visitar amigos… Será ésta una lucha interna constante entre la culpa y la necesidad. La culpa no nos abandonará nunca en nada de lo que hagamos. Así no tenga cabida, encontrará siempre un rincón donde acomodarse y en vano será intentar luchar contra ella. Menos energías nos costará, intentar ignorarla y dejarla tranquilita donde está. Claro que la intensidad y permanencia de esta lucha dependerá siempre de la cantidad del elemento “susanita” que cada una tenga como parte de sí. No se trata de ser más madre o menos madre sino de sufrir más o sufrir menos, lo que es inevitable, es el verbo.

Ser madre es para toda la vida. La que tenga la suerte de contar con la propia estará más aliviada, quien no añadirá otro componente de angustia a su ya difícil de llevar maternidad. Para todas existirá un punto en el que criarán hacia arriba y hacia abajo, en ambas direcciones. Desde la escucha de viejos instructivos que tienen más de treinta años y ya no corren hasta ver como en un segundo se puede deshacer lo que nos llevó horas de rezongos y malos humores inculcar.

Es así que cuando estamos decididas a no repetir la pesadilla, notaremos que el crío tiene demasiada atención y todo un mundo, demasiado grande, que gira a su alrededor…en el fondo, muy en el fondo de su conciencia, la madre encontrará rápidamente la solución a tal conflicto, pero no se atreverá ni siquiera a insinuarla. Mientras tanto, esa loca idea hará su trabajo de hormiga y lentamente logrará que, ya rendida ante tan elocuente evidencia, verbalice la necesidad de repetir la historia mientras entre dientes murmurará “la puta madre…”
No, ser madre no es para cualquiera, pero es casi igual para todas.

Europa: el Parlamento, los ciudadanos y las elecciones

“Votando en las elecciones europeas, elige a quienes influirán en su futuro y en la vida diaria de casi 500 millones de ciudadanos europeos. Si no se molesta en elegirlos, alguien lo hará por usted y decidirá quién le representa en la única asamblea paneuropea elegida por sufragio universal directo. Los eurodiputados electos darán forma al futuro de Europa durante los próximos 5 años. Consiga la Europa que usted quiere. Si no vota, no se queje.”

Así comienza la lista, que presenta el sitio web del Parlamento Europeo, con las 10 razones por las que se debe votar. Entre el día de hoy y el domingo 7 de junio, podrán votar 375 millones de europeos, la formación de un nuevo Parlamento con 736 eurodiputados. Desde el vamos se apela a la participación ciudadana, normalmente apática y poco interesada en estas elecciones institucionales europeas. ¿Por qué?

El Parlamento Europeo se elige por sufragio universal directo desde 1979. Las normas europeas afectan la vida cotidiana del ciudadano común, mucho más de lo que parece a primera vista. Hoy en día en cualquiera de los países miembros podemos decir que una gran mayoría de leyes nacionales son aplicaciones de la normativa europea. Así que concierne a todos. Es cierto que no es el Parlamento solo quien hace esta normativa pero ha ido ganando espacio y poder con el tiempo y, el nuevo Tratado de Lisboa, una vez en vigor, aumentará aún más el poder de decisión de los eurodiputados, le dará el poder de elegir al Presidente de la Comisión y los ciudadanos tendrán derecho de iniciativa legislativa.

En las últimas elecciones, el ingreso de los miembros de Europa del Este influyó negativamente en la participación ya que muchos de los nuevos ciudadanos europeos ni siquiera sabían qué función tenía el Parlamento. Este año la institución le dedica 18 millones de euros a una campaña informativa institucional, con el fin de combatir la abstención del voto. En Alemania, son los jóvenes los que se han movilizado para lograr generar conciencia entre sus pares de la importancia de hacer uso de este derecho electoral y participar en el sistema. Las críticas se concentran en la falta de verdaderos debates sobre temas europeos, la ausencia de la discusión federalista y la insistente presencia de la Europa de naciones que no representaría un único proyecto. ¿Qué pasa con la política de defensa común, con la política exterior común? Temas que aún hay que discutir y que están fuera del debate en la campaña, total: el pronóstico es una abstención récord.

Sin embargo, cuando los temas europeos parecen más claros y cercanos, quizás más tangibles, los ciudadanos votan, se manifiestan…así fue en las reformas que implicaron votación ciudadana, así fue en el debate sobre la semana laboral cuando se negociaba Lisboa. Parecería que fuera más responsabilidad de los eurodiputados hacer valer su posición y defender el rol de la institución que representan, que de los ciudadanos de cumplir con las obligaciones (de hecho, morales) que implican vivir en democracia.

Por unos, por otros, el Parlamento avisa: si no vota, no se queje.

Unión Europea: esta vez “SÍ”

Al momento del NO de Irlanda al Tratado de Lisboa, afirmábamos en un artículo (ver Letras Internacionales 26: “Unión Europea: esta vez “NO”), que la Unión Europea no aceptaría un no como respuesta. Los hechos lo confirman, en el reciente referéndum (segundo) la votación dijo finalmente SÍ al Tratado, con cerca del 64% de aprobación.

La votación anterior estuvo tan manchada de cuestiones electorales nacionales que no tenían mucho que ver con el Tratado en sí, que la gente terminó votando a favor o en contra de los candidatos nacionales, más allá de lo que realmente traía como cambio Lisboa, que poco se discutió. Las críticas le llovieron a Irlanda como agua y su gente sintió la necesidad de redimirse: ante la posibilidad de quedarse al margen del proceso, prefirieron seguir embarcados. En un contexto de crisis que afectó particularmente a este país, no era tiempo de alejarse. El mensaje había sido claro, la UE no iba a dejar de avanzar por ellos.

Las miradas giraron entonces, y rápidamente, hacia Polonia, donde su Presidente, Lech Kaczynski, había condicionado su firma de aprobación al Tratado de Lisboa, al “sí” Irlandés…una medida que no dejaba de sorprender ya que él mismo había negociado el Tratado y en todo caso, no parecería ser su papel defender los intereses irlandeses. Por más euroescéptico que se declare, su país es parte del grupo y son esos intereses los que se deben salvaguardar. Se tomó su tiempo, 8 días después del “sí” cumplió y firmó.

Ahora queda República Checa. Su Presidente, también euroescéptico, Vaclav Klaus, se niega a firmar la aprobación a riesgo de quedar sólo y con un costo político importante. Su argumento es que debe esperar a que la Corte Constitucional de su país verifique que el Tratado no se enfrente con la Carta Magna checa. De acuerdo a la prensa nacional, más parece estar aprovechando la exposición mediática para ser El que le dará vigencia a Lisboa. Otros, aseguran que es Inglaterra quien presiona a Klaus para que no firme, de manera de demorar el proceso hasta las elecciones legislativas en la isla (a más tardar, en julio 2010). Si ganan los conservadores, como todo indica, harán pasar el Tratado de Lisboa por un referéndum nacional y como Inglaterra viene siendo la que queda al margen de la mitad de las cosas en las que la Unión quiere avanzar…el resultado podría sorprender.

Lo planteamos la votación anterior, lo repetimos ahora, ¿es justo? En definitiva, ¿la democracia no se trata también del respeto a las mayorías? La solidaridad debería ser de ida y vuelta. Europa no va a dejar de avanzar porque Klaus quiera su hora de gloria y se le vaya de las manos, tampoco dejó de hacerlo cuando Inglaterra se negó a participar en otras ocasiones. La salida se va a encontrar, eso es seguro, queda por ver cuál será el costo esta vez.

Unión Europea: esta vez “NO”

¿Cómo que no? Tal parece ser la respuesta de los 26 socios de Irlanda al resultado negativo del referéndum del fin de semana pasado. Mucha sorpresa para un resultado que se venía anunciando los días previos a la votación.

Irlanda viene de decirle “no” al Tratado de Reforma de Lisboa por el cual se intenta hacer funcional una Unión de 27 países.

Tras el fracaso de la Constitución en 2005 se trabajó de manera de salir del paso y lograr la necesaria reforma, a través de un Tratado que permitiera la ratificación parlamentaria, evitando la siempre riesgosa consulta popular. Sólo Irlanda estaba obligada, por mandato constitucional, a recurrir a aquel sistema.

El problema de esta opción es que es inevitable adjudicarle todos los problemas del mundo a esa votación, independientemente de la particularidad de lo que se vota. En la campaña previa al referéndum, Irlanda cambió de gobierno; el saliente se vio envuelto en denuncias de corrupción que influenciaron la desconfianza de los irlandeses frente a las instituciones. La oposición aprovechó, para difundir que la aprobación del Tratado obligaría a aceptar el aborto, tocando una de las fibras más sensibles de los irlandeses, sin que la UE hiciera demasiado por desmentirlo: ahora se paga el precio.

La pregunta inevitable es la siguiente: ¿es justo? Más allá de la letra de la reforma, ésta fue negociada y decidida por todos, incluyendo Irlanda. Está ratificada por 18 Estados sin que se previera que, los que aún no lo han hecho, pusieran obstáculo alguno en el camino. Irlanda entró en la Unión Europea, en 1973, como uno de los países más pobres de Europa y compite hoy con Luxemburgo al estar entre los más ricos, nada más ni nada menos que gracias a los 40.000 millones de euros que la Unión le hizo llegar en forma de ayudas. ¿La solidaridad no debería ser de ida y vuelta? Está claro que la Unión necesita avanzar y no puede permitir que un millón y medio de votantes la paralice de esta manera.

El gobierno irlandés falló a la hora de informar correctamente a sus ciudadanos y convencerlos de que la aprobación era el camino. Queda clara una lección que debe desprenderse de este resultado: el objetivo de involucrar a la ciudadanía en el proceso parece no haberse logrado. Para el ciudadano común la Unión sigue siendo Bruselas, sigue siendo la Comisión, el Parlamento Europeo. El europeo común sigue sin incorporar el eslogan “Europa somos todos, unidos en la diversidad” y esto involucra a todos los Estados miembros.

¿Qué hacer ahora? Las reacciones van casi todas en una misma dirección, mantener el sistema de la “Europa a dos (o varias) velocidades”. Hasta los más férreos adversarios de este sistema, como el Primer Ministro de Luxemburgo, Jean-Claude Juncker, consideran que frente a la posibilidad de dejar sin efecto Lisboa es mejor “crear un núcleo de países dispuestos a llevar adelante las reformas políticas y que el resto se vaya adhiriendo así quiera y pueda”, mal que le pese. Tan serio es el desaire irlandés. Angela Merkel y Nicolás Sarkozy, quien se prepara a tomar la presidencia del Consejo durante el próximo semestre, aseguraron que se encontrará una salida. Es la prioridad en la reformulada agenda de la reunión del Consejo que se realiza este miércoles y jueves. La presión está ahora sobre Inglaterra para que ratifique el Tratado esta misma semana a fin de dar un claro mensaje a su vecina Irlanda y provocar, en cierto modo, una segunda votación, repitiendo lo sucedido con Niza en 2003.

No es para envidiar la situación del gobierno irlandés que pierde frente a su pueblo y queda aislado de Europa, mientras le llueven las críticas de todos lados. Sin embargo parecería claro que esta vez, Europa no va a aceptar un NO como respuesta.

2011

Como todos los años, éste comienza con renovadas esperanzas y el mantenimiento de algunas que irremediablemente repetimos cada ciclo de 365 días. Entre ellas siempre está que el año que comienza sea mejor que el que termina. Este año propongo no esperar nada específico que sea atribuíble al guionista de Dios, como diría Darwin, o a cualquier fuerza externa a nosotros. La consigna es hacer que las cosas pasen. Parte de esto tendrá que ver con conocernos, aceptarnos y hacernos cargo de las decisiones que tomamos...el año en gran parte lo hacemos nosotros mismos. La meta será terminarlo sin esa desazón del balance final que se mezcla con el estrés navideño y las múltiples reuniones de fin de año. Que tal balance sea positivo y nos satisfaga dependerá del punto de vista que elijamos para realizarlo. ¡Que sea un gran año!