jueves, 30 de agosto de 2012

Mi hermana y yo (p190)

Si yo no fuera César sería Cristo, el socialista, montaría un asno y cabalgaría hacia Jerusalén con Carlos Marx. La lujuria del poder de los marxistas iguala el ansia de poder de los nietzscheanos, pero prefiero cabalgar a Jerusalén en un corcel árabe que en un asno proletario.