jueves, 2 de enero de 2020

2020 un quiebre, otro acto

2019 fue un año de mucho aprendizaje. El cierre de una década que también cierra una etapa.

Hay hitos en la vida que a veces parecen venir solos, sin que una situación particular los haya generado.Simplemente nos despertamos un día con esa suerte de epifanía que nos indica el camino que, sin saberlo, tu ser ya tenía decidido. Dejar de gastar energías en quien no las gasta en ti; alejarte de quien te hace daño y traiciona, de quien solo acude a ti por sí, de quien descarga en ti sus propias frustraciones porque sabe que estás no matter what, de quien no te escucha porque solo se escucha a sí mismo, alejarte...protegerte, quererte, abrazarte.

El cansancio se transformó en tristeza y encendió una luz. En su último acto, la muerte me mostró quiénes son los que me rodean, la lentitud del tiempo que la siguió me permitió ver con calma y reencontrarme, reconocerme. De golpe apareció la claridad, y allí me quedé un buen rato en mi mejor refugio, la observación que solo la filosofía me da, sobre el tiempo, la melancolía, la condición humana, la introspección.

Siempre hay cosas, o personas, que no podemos cambiar y que, en el fondo, sabemos que solo van a empeorar. Entonces, son datos dados de la vida, reaccionar mecánicamente resolviendo cada vez, cada problema, es la mejor manera de no permitirle que te invada ni te tire hacia la oscuridad del enojo que genera la injusticia que el rastro del tiempo a veces produce. 

En este comienzo 2020, salgo con nuevas herramientas para encarar un nuevo camino que yo me propongo, que yo decido, con un mantra de Hanna Arendt que me repito: transformar en nuevos comienzos los cambios a los que nos enfrentamos a lo largo de la vida, es la virtud más elevada del ser humano. Elevémonos y quedémonos solo donde haya luz. Mantengamos cerca a aquellos que nos abrazan, que ríen con nosotros y que no se van cuando toca llorar. Aquellos que, inclusive desde lejos, entibian tu corazón, te ven y te hacen saber lo que te quieren respondiendo con la misma intensidad tu querer. Agradezco a diario tener gente así en mi vida. Con ellos me quedo.

Tomate el tiempo de ser mejor persona...para ti.

Un día más tarde les deseo solo lo mejor, solo lo bueno y, si no es, toda la fuerza para encarar y el apoyo para seguir. Por una gran década 2020. Prost!