jueves, 15 de noviembre de 2012

¡Por fin lunes!

Y sí...nunca pensaste que algún día lo dirías pero sí...En esta etapa de niños chicos, cuando las maestras te dicen el viernes de tarde "que descansen el fin de semana" sólo podés mirarlas con cara de circunstancia...
Por un lado es probable que para ellas aún sea un descanso y entonces no da ni explicarlo, por otro vos sabés que no vas a parar.

El sábado te dará tregua en cuanto a la hora para despertarte, al menos en el hecho de no tener que vestirte y vestir a tus hijos ya...te podés tomar otro tiempo para desayunar y arrancar...lo que no podrás evitar es el verbo. Que el grande tiene fútbol y hay que ir a la cancha, que el chico se aburre y tenés que perseguirlo para que no se meta en el medio del juego. Que quedaste en almorzar con los abuelos, que en la tarde uno de los tuyos invitó a un amiguito y, no sabés cómo, terminaste con tres. Al mismo tiempo el chico reclama que quiere que lo lleves al parque, que le pongas por enésima vez la peli de Toy Story y le hagas la merienda, ¡todo al mismo tiempo! Cuando despediste al último amiguito y pensaste que podías sentarte en el sillón a cebarte  dos mates en silencio, te das cuenta que tenés que empezar a preparar la cena, correr a tus hijos para que se bañen, cuando no bañarlos vos, darles de cenar y rogar que se desmayen para hacer lo propio a continuación...¡ja! Y todavía fata el domingo...

Si te tocó crecer en una familia tana...te tocó recibir a la familia ¡el domingo!

Vos sabés qué te espera el fin de semana así que es imposible que de tanto en tanto no abraces al lunes como tu salvadora esperanza de descansar (ahora sí) del fin de semana.

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