Nos han robado lo más importante
que tenemos como raza…y no nos damos cuenta.
La vida era mejor cuando la única
forma de saber del otro era levantando un tubo para escuchar su voz o tocando a
su puerta para verle. Más llevadera y con sentido...consistencia.
Soy mujer de otro tiempo, de
diálogos profundos, de escucha atenta, de valorar los tiempos, de cuidar. Me
siento totalmente desencajada en estas sociedades que corren y no se detienen a
mirar la puesta del sol, que mira y comenta más lo que te rodea, en vez de
valorar lo que te hace ser, que no razona al tomar decisiones en función de lo
humano, de prioridades básicas, siempre presta a la crítica sin mirarse al
espejo…no la entiendo, no me gusta.
Nos robaron la humanidad, me
robaron los abrazos, me robaron el tiempo que encontraba en la gente, en su
interés por desanudar tristezas, por mostrarme la mitad del vaso lleno cuando
solo podía ver la mitad vacía, me robaron los desayunos compartidos de risas y
puestas al día, me robaron el tiempo…no lo entiendo, no me gusta.
Me siento rodeada de mucha
miseria…poco corazón, poca humildad, poca empatía y no sé cómo salir, habrá en
algún sitio otros mundos en lo que pueda sentirme mejor...pero no sé dónde
están. Me han robado, no sé cómo empezar de nuevo, estoy perdida en un gran y
silencioso vacío. No lo entiendo, no me gusta.
No me cuestiono el camino que
decidí tomar, sólo vino a mostrarme que éste no es mi lugar.
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