viernes, 21 de septiembre de 2012

El mundo en tus manos

Estoy leyendo tres libros bien diferentes, dos de ellos hace ya mucho...porque en el fondo, no los quiero terminar. Así comencé un tercero y sigo sumando en lo que ya va tomando forma de torre en mi mesa de luz. Es que los libros son mágicos y a veces pasa eso...te atrapan tanto, te hacen viajar tan lejos que no querés que ese encanto termine. Ya les conté que viajé por Europa del Este con Milo Dor, que descubrí un México mágico, de colores cobrizos en el tono suave y ondulante de Ángeles Mastretta, un Portugal duro y al mismo tiempo apasionado en la voz de Saramago, otros tiempos, otras miradas, otros sonidos, muchos colores, todos distintos. También viajo en el tiempo y me fascino con otras lógicas, y las entiendo y me divierto, cuando no me asombro y descubro historias detrás de la historia y personajes anónimos que fueron base de sus protagonistas.

Los libros te acercan un mundo, muchos mundos a tus manos, tantos cuantos quieras. Es tan difícil hoy en día, en medio del mundanal ruido de la vida cotidiana, hacerse un rato para leer un libro que casi, ese momento, se ha transformado en toda una ceremonia. Tomarlo en tus manos, abrirlo donde quedaste, sentir el perfume de las hojas...y dejarte llevar por sus líneas. Allá voy...

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Papi y mami

Recibí uno de esos mails que circulan anónimos con sentencias más o menos lapidarias sobre todos los temas que uno pueda imaginar, que hablaba con cierto humor negro, de cómo la relación padres/hijos se ha venido deteriorando en la medida que cambiamos las denominaciones de nuestros mayores.

Entonces cuando el padre era padre la cosa era una, cuando pasó a ser papá la cosa cambió, ya no le pedimos permiso, le informamos decisiones ya tomadas...ahora apareció el papi y entonces sí...se pudrió todo. Estamos en la era del papi/mami en la que los niños piensan que tienen un lugar de igual en la manada...desafían a los 7 como si tuvieran 17 y nos descolocan. Mmmm...pienso. Soy conciente de que en la era del padre/madre a veces se confundía la autoridad con el autoritarismo, la firmeza con la violencia....pero tampoco es razonable que los chicos de hoy tengan un séquito de profesionales atendiéndolos (psicólogos, psicomostricista, fonoaudiólogo) porque los padres (y los colegios) no saben qué hacer con ellos. Entonces ¿el punto intermedio es el papá/mamá? En esta generación nos estamos pasando...creo que eso no admite discusión..., tomando esta descripción, me siento nieta de un padre/madre e hija de un papá/mamá...que ahora es mami de dos y, es cierto, algo pasa con la transmisión de autoridad, la velocidad a la que van (o la lentitud con que reaccionamos nosotros), en definitiva algo pasa y es difícil encontrar el punto de la i...

Algunos creen que explicamos demasiado a nuestros niños, que quizás estaría bueno que algunas decisiones fueran simplemente porque así lo decidimos, sin más. Los niños son nuestro reflejo, si desafían demasiado es porque se lo permitimos. Cuestiono siempre cuando una madre me dice que no puede hacer que su hijo haga los deberes, o se bañe, o se vista en tiempo y forma...si esto pasa es porque ese niño sabe que puede hacerlo. Claro, da más trabajo hacerse cargo y es siempre más fácil echarle la culpa a otros (personas o instituciones). Hay que dejar de decir que la culpa la tiene el tiempo que viven, la sociedad en la que están inmersos o las instituciones educativas. Puede ser que tengan mucho que ver con los cambios que vemos, pero los responasbles primeros somos nosotros mismos, quienes construimos los espacios, que el mensaje correcto llegue es nuestra responsabilidad y esto no solo se manifiesta verbalizándolo, a veces basta con la actitud y las acciones cotidianas.

Si nosotros intentamos ser mejores personas cada día, ellos también lo intentarán, quizás no hoy, tampoco mañana, pero si el mensaje llega en algún momento provocará la reacción esperada. Podemos ser papi o mami sin exagerar y si no perdemos el eje de nuestro rol fundamental: educar.