viernes, 7 de junio de 2013

Una joven viejita

Hoy estuve en una mesa en la que se planteó un intercambio de opiniones con respecto a si sería o no correcto impedirle a un alumno ingresar a la facultad con ojotas. Esto es simbólico, claro, el problema que está detrás es qué pasa si hoy permitimos las ojotas, mañana el short y pasado viene una muchacha de pareo y bikini porque piensa ir a la playa después...

Me sorprendí porque, a pesar de ser la segunda más joven en una mesa de 10 personas, fui la más conservadora en su opinión al respecto...y sigo sorprendida.

Yo creo que hay cuestiones que no tienen que ver con discriminación o no, acá se trata de respeto a la institucionalidad que la universidad, en este caso, representa. De la misma manera que no me gusta tener un Presidente que se viste como un pobre mendigo y no usa corbata, creo que hay que tener cierto decoro para ingresar a un aula.

Lamento que se estén perdiendo algunos protocolos, que se les reste importancia a ciertos valores que significan algo, el respeto importa. Así como no se les dice en su debido momento a los estudiantes que escribir correctamente es importante y luego en la universidad nos queremos matar porque no distinguen entre "esta" y "está", "ultimo" y "último", que "haber" lleva siempre h y los signos de exclamación e interrogación se abren y cierran y lo hacen, además, una única vez.

Un rato antes me hablaron de la medianía en la que se está cayendo, la falta de calidad en el debate, de cómo hay una mentalidad medioclasista que tira hacia abajo que permea todos los ámbitos...y es que es así que también la generamos...

A mí me sigue sorprendiendo que un estudiante venga a hablarme con el vaquero en medio de sus nalgas y 10cm de calzoncillo a la vista...si ahora, además, van a venir chancleteando de short y ojotas, con el mate abajo del brazo me cuestiono qué estoy haciendo.

Y sí, me sentí una vieja conservadora, una joven viejita conservadora....y me sorprendo.

sábado, 1 de junio de 2013

¿Dónde?

Su pasaporte dice que es italiana, aunque la educaron los franceses. Sus hijos llevan el apellido de un auténtico escocés y no puede evitar pensar que nació del lado equivocado del planeta...